Independientemente de que se esté de acuerdo en exigir o no una prueba PCR a los turistas británicos que puedan llegar a España, la gestión que nuestro gobierno está llevando a cabo es simplemente disparatada, siguiendo una trayectoria marcada al inicio de la pandemia y que es difícilmente superable.
No es posible que hace unos pocos días se permitiera su entrada irrestricta –absolutamente ilimitada-- a todos los visitantes de un país en el que la variante india circula de forma dominante y ahora, de pronto, se introduzca esta limitación.
Esto deja en evidencia que o bien anteayer o bien hoy alguien se está equivocando.
Gran Bretaña tiene la pandemia controlada. No obstante, un 15 por ciento de la población aún no ha sido vacunada, fundamentalmente porque son muy jóvenes. Entre estos, que tienen mucho más resistencia, pero que también tienen tendencia a ser bastante irresponsables, el virus indio está en franca expansión.
Los ingresos hospitalarios y los decesos siguen en niveles muy bajos, lo que habla bien de las vacunas. Pero el problema de permitir la entrada libre de estos viajeros es que la variante india se instala en España. Esto, por supuesto, ocurrirá, pero aquí se trata de retrasar o no esta entrada. Cuanto más tarde llegue, mejor porque en España habrá más gente inmunizada, preparada para resistir esta versión del virus.
Volvamos a la decisión de estos días: ¿qué imagen estamos dando? ¿Es que nadie supo que Alemania, Italia o Francia hace ya varios días que tienen restringida la entrada de los británicos? Siempre por los mismos motivos, obviamente.
Es lo que se suele decir: disfruten de lo votado.
Si vienen nos quejamos , si no vienen también, la cuestión es criticar da igual el motivo. Que actitud mas destructiva.
Claro y si no se hubiese permitido el sector facistoide de la patronal hotelera criticar igualmente... ¡Demagogos baratos!