La ‘lista negra’ debería ser ‘roja’

Durante años, Europa tenía una ‘lista negra’ de las aerolíneas más peligrosas. Se trataba de una lista de compañías aéreas sobre las que había serias sospechas de que no cumplían los requisitos mínimos de seguridad en sus procedimientos para permitirles volar. A veces no eran las propias aerolíneas sino las autoridades de sus países, incapaces de controlarlas. Recuerdo el caso de la única aerolínea de Armenia que entró en esta lista simplemente porque la corrupción entre quienes tenían que vigilarla era de proporciones tales que hasta el gobierno tuvo que disolverla.

Este lunes, sin embargo, se incorporaron a la lista 21 aerolíneas de una vez. Tal como con razón ha dicho la autoridad rusa en la materia, no hay razones técnicas que justifiquen la medida, porque los aviones en cuestión son los que hace dos meses volaban normalmente y los que, de todos modos, tienen prohibido volar a Europa (La UE actúa contra el ‘robo’ de aviones por parte de Rusia).

Yo pienso que no hay razones de seguridad que expliquen esta medida.

Sí hay y sigue habiendo razones políticas para prohibir que estas aerolíneas vuelen a Europa. Nos gustará más o menos, pero en un conflicto bélico, Europa tiene derecho a aplicar sanciones. Y si las sanciones son estas, correcto.

Pero intentar hacer pasar por problemas de seguridad lo que son decisiones políticas, me parece un despropósito. Porque la seguridad aeronáutica europea pierde toda credibilidad ante terceros. Para muchos países, que Europa incluya una aerolínea en esa lista era un indicador de que algo iba mal. Pero ahora ya no es tan claro. Es un indicador de que ha habido una orden política, no un informe técnico.

Mezclar las cosas no ayuda a la credibilidad. Y eso no significa permitir que las aerolíneas rusas vuelvan a volar en Europa, claro.