Francamente, no existe manera humana de hacer cumplir una norma como el uso de mascarillas cuando es exigida en unos países y no en otros.
Hace unos días hice un vuelo entre España, donde es obligatorio su uso, y otro país europeo en el que no se requiere.
Ya me dirán para qué tenemos normas, si los pasajeros masivamente se acogen a la disposición más flexible y cómoda. ¿De qué sirve entonces la postura española?
En realidad, la pregunta va un poco más allá: ¿tiene algún sentido exigir el uso? Porque científicamente no puede haber dos criterios. Se entiende que no debe de haber grandes riesgos, cuando un país permite que los aviones puedan no exigirla.
Observen qué ocurrió este jueves: el Consejo de Ministros de Italia, el país que ha tenido más reticencias en el regreso a la normalidad, debido sobre todo a lo mal que lo pasó inicialmente, acordó que las mascarillas se mantendrán un mes más en el transporte público, salvo en los aviones.
¿Por qué? Supuestamente, por los filtros en los aviones, que son más eficaces.
En todo caso, las normas actualmente entran en el ridículo, descolocando a todo el mundo.
Cuantos nanómetros miden los agujeros de la mascarilla? Y cuánto mide un virus? Así es como supe desde el principio de la plandemia que no servían de nada. Se nos exige llevarlas para matarnos lentamente, restar oxígeno al cerebro y provocar más neumonías y problemas respiratorios tipo Cobiz, que en realidad no son nada. Vendehumos todos, nadie con criterio propio.
¿Como es eso de que los pasajeros masivamente se acogen a la disposición más flexible y cómoda?
Los pasajeros se tienen que acoger a la disposición legal aplicable.
Y que es el ordenamiento jurídico del pais de bandera cuando se encuentre sobre aguas internacionales o cuando sobrevolando otros paises en la parte que no contravenga a lo estipulado en el ordenamiento del pais subyacente.
Si tienen alguna duda pueden preguntar a Pepiño Blanco que siendo ministro de España y contratando un vuelo de cabotaje a una compañía extranjera en España se tuvo que bajar del avión con sus escolta y volar con un avión de Iberia. ¡Manda güevos!
Otra cosa es que tengamos unos legisladores impresentables y que nos esten tomando el pelo apoyándoselo en expertos inexistentes o de tertulia televisiva.