La ventaja low cost para el personal

Normalmente, cuando se comparan las condiciones laborales entre las diversas compañías aéreas, la atención se fija en los salarios y en los días libres. Históricamente las low cost estaban peor en casi todos estos apartados, aunque hoy esto ya no está tan claro. Los salarios de los pilotos de Ryanair en España han provocado más de una sorpresa.

Sin embargo, siempre se olvida un aspecto absolutamente fundamental para el personal de cabina y los pilotos de las aerolíneas: dónde duermen. No, no me refiero a si el hotel es de tres o cinco estrellas sino a cuándo retornan a casa.

En las low cost, fundamentalmente en las dos más importantes, las que han conquistado Europa, todo el personal siempre duerme en su casa, porque las aerolíneas nunca dejan el avión fuera de su base. Quien dice “nunca”, dice prácticamente nunca, porque no lo programan, pero puede ocurrir excepcionalmente tener que dormir fuera.

Eso es fundamental en el modelo por dos razones: primera porque la compañía se ahorra el gasto en hoteles y, segundo, el personal está mucho más satisfecho, mucho más contento. Que el avión retorne siempre a la base original es una ventaja invalorable para el personal, lo cual en muchas ocasiones amerita aceptar condiciones económicas algo peores. ¿De qué sirve un día libre si estamos en otro país?

Esto, por supuesto, sólo se aplica a los vuelos de corto radio, susceptibles de aplicarles este modelo. En el largo radio nada de esto es viable.