Supongo que han estado al tanto del viaje que Emmanuel Macron, el presidente francés, cursó a la China. Mantuvo una serie de entrevistas en las que le demostró al mundo que lo de las pensiones no le preocupa. Pero eso no es nuestro asunto. Lo nuestro es que Macron se viene con la firma de numerosos contratos para la venta de aviones de Airbus.
O sea, el mismo presidente que prohíbe que los vuelos de corto recorrido en Francia puedan ser atendidos por aviones, porque su sensibilidad ambiental se lo impide, los vende a China.
Como es evidente que el clima no conoce de fronteras, como la contaminación emitida en el Extremo Oriente afecta al planeta igual que la que emitimos aquí, resulta obvio que estamos ante un acto bastante cínico.
Pero es que no es lo mismo ser ecologista que jugar con los puestos de trabajo de Toulouse, que vive casi sólo de Airbus. Es como el ecologismo de Noruega, muy bonito si no fuera porque es el mayor productor de petróleo de Europa, que lo vende a todo el mundo, como si la contaminación de ese petróleo no fuera equivalente a la propia.
Estooo … es el Mercado, amigo.!!!
Por sus hechos se les conocerá.
No por sus palabras.
Macron es de derechas ¡sorpresa!
Macron es un técnico. Busca el bienestar de du país y de las generaciones futuras de franceses. Ojalá hubiera aquí un Macron.