Rusia: aviación sin leyes

En un estupendo artículo, Político, la publicación online sobre temas europeos, explica que, en contra de lo que usted se pueda imaginar a primera vista, hacer negocios en un país sin leyes es tremendamente difícil. Esto es lo que ocurre hoy con las aerolíneas en Rusia: directamente no hay leyes, no hay que pagar por los aviones, que ya no tienen propietarios. O sí. En realidad, nadie lo sabe.

Las operaciones de alquiler de aviones se regulan por la Convención de Chicago que, naturalmente, Rusia había firmado.

Pero pónganse ustedes al frente de S7, por ejemplo. Nada fácil de gestionar. Primero, 100 aviones en tierra, pero ninguna ruta internacional en la que volar; segundo, imposibilidad de obtener ni un euro, o dólar, en ingresos en divisas; tercero, en sentido favorable, ausencia de necesidad de pago del alquiler de los aviones. O sea, todas las variables de la compañía, alteradas. S7 era una compañía bastante bien operada que, de pronto, se encuentra con este panorama: muchos menos ingresos, por un lado, muchos menos gastos, por otro.

Vean otro ejemplo: el número dos de Aeroflot, Mikhail Pouboyarinov, ha dimitido de su cargo en la compañía. Igual que Andrei Panov, el segundo del director de Estrategia. ¿Por qué? Porque Aeroflot llevaba años trabajando para convertirse en una aerolínea competitiva, de mercado. Y estos dos cargos estaban en un entorno conocido, fácil, similar al de otras compañías. ¿Qué van a hacer ahora, cuando de pronto todas las referencias de gestión desaparecen y se vuelve a un sistema impredecible, sin normas, sin baremos? Y, por supuesto, sin poder volver al mercado laboral normal.

No, no es fácil la aviación sin leyes.