Sobreprotección del viajero

TUI y Jet2 han cancelado sus vuelos a Rodas. Ya no llevan más turistas. Easyjet y Ryanair, en cambio, siguen volando normalmente. El aeropuerto opera, aunque está lleno de gente. El Gobierno griego lucha por apagar los incendios (Jet2, Tui y Thomas Cook cancelan sus vuelos a Rodas por el fuego).

En ese contexto, este lunes toda la prensa británica publica como noticia estelar el drama de sus conciudadanos en la pequeña isla del Egeo. Y, de paso, critican con dureza a Easyjet y Ryanair por seguir volando. El domingo mismo, había viajeros que seguían llegando a la isla.

Observen: los culpables de que haya viajeros que van a Rodas son las aerolíneas, no los viajeros. Los viajeros vendrían a ser como idiotas incapaces de pensar, de analizar, de valorar los riesgos. Las culpas son de las aerolíneas que siguen volando. También podríamos acusar al aeropuerto de Rodas o los controladores aéreos franceses porque permiten que los aviones sobrevuelen el país con esa dirección, cuando un incendio está quemando la isla.

Nunca antes un viajero había tenido tanta información a su alcance como ahora para tomar una decisión; nadie como el propio viajero para saber si tiene o no que viajar, porque sabe dónde está su hotel y conoce el riesgo; nadie como él para saber su estado de salud, su capacidad para moverse de forma independiente. ¿Vamos a ser tan sobreprotectores como para exigir a las aerolíneas que no vuelen, para que los idiotas no se metan en un lío? ¿Pero tanto nos quieren proteger?

La paradoja es que esos mismos a los que quieren proteger deciden qué hacer con sus vidas en incontables ocasiones. ¿Por qué no dejarles la libertad? Si Rodas no quiere más viajeros, que cierre el aeropuerto. No hace tanto que por motivos de salud se cerró Europa.