Wizz Air, a por el caos récord

Estamos atentos a que Easyjet, Tui, British Airways, Eurowings o Volotea tienen retrasos y cancelaciones y se nos pasa el verdadero desastre de Wizz Air, la ultra low cost que está haciendo que sus rivales terminen por ser un ejemplo a seguir. (Súbito cierre de la base de Wizz Air en Sheffield)

Porque Wizz Air prácticamente no tiene ni una cancelación con una semana de anticipación para para dar tiempo al viajero a organizarse. Todo es sobre la marcha, cuando los pasajeros están en el aeropuerto, incluso ya en el avión. El desastre lleva ya varias semanas y amenaza con perdurar todo el verano.

En algunas bases, durante el día, se cancelan los vuelos uno tras otro. Hay algún día en el que los retrasos afectan a todos los vuelos, el cien por ciento, incluso los primeros de la mañana. Si uno entra en Twitter, verá viajeros tirados en aeropuertos rarísimos esperando ser rescatados desde hace días. Cuando no falta el avión, falta un tripulante, cuando están todos, hay que sacar una maleta errónea. Siempre un caos.

Un vuelo a Cardiff, donde la compañía tiene una base, procedente de Mallorca, acumuló seis horas de retraso, lo que supone que el aeropuerto de destino, sobre todo si es pequeño como este, se quede sin servicios, sin taxis, sin buses, sin bares, sin nada. En Gatwick, los vuelos a Chipre, Mikonos o Creta se cancelan indiscriminadamente; los de menos distancia un poco menos, pero también sin aviso.

Este miércoles, un vuelo de Gatwick a Mallorca, partió con dos horas de demora directamente hacia Colonia, en Alemania. Colonia no está en la ruta y no hay razón alguna para hacer ese trayecto. El avión aterrizó allí y después, con ya cuatro horas de más, enfiló a Mallorca. El retorno a Londres llegó a las cuatro de la madrugada.

La compañía, en su información al cliente, explica que, según los retrasos, el viajero tiene derecho a un refresco en el aeropuerto. Ni una palabra de indemnizaciones. Y, por supuesto, ni una palabra de disculpas. No quiero imaginar lo que debe ser litigar con ellos. Gastan en abogados lo que no en servicios. Pero, nuestras autoridades están ocupadas con sandeces sobre si las maletas cuestan o no cuestan más online o en el aeropuerto.

Realmente, la experiencia de volar se está convirtiendo este verano en un infierno, resultado de sindicatos enloquecidos, empresarios desaprensivos, incompetentes ambiciosos y turistas desbocados que quieren ver en 2022 todo lo que no visitaron por la pandemia. Una locura.