Periódicos como ‘Cinco Días’ o ‘La Vanguardia’ abrieron sus ediciones este jueves con un titular ocupando el ancho de portada acerca de que el turismo se erigía como la industria que activa la economía. Al espacio destacado de una cabecera económica de ámbito nacional y una generalista a escala más regional se le añadían editoriales en distintos medios sobre la buena cifra de llegadas de extranjeros.
Pero con tan solo un día de diferencia, y tras hacerse público el dato de pernoctaciones en julio, la interpretación pasó hacia el otro extremo, llegando a hablar de “desplome” del turismo en España –no solo del mercado nacional--, y a prever que el PIB turístico este año acabe encogiendo.
¿Cómo puede una industria de un día para otro pasar de la euforia a la depresión? Bien saben quienes se dedican a este Sector que lo que verdaderamente importa son las pernoctaciones, y que en ellas el turismo extranjero es una parte, eso sí, casi exclusiva para los archipiélagos del país, y no así para el resto.
La caída de la demanda nacional no ha podido compensarse con el alza de las internacionales, y por mucho que este año se superen las llegadas de extranjeros del año pasado, este dato es un mero instrumento para que se traduzca en más gasto, lo cual no obligatoriamente va parejo, aunque a las autoridades turísticas les guste insistir en aquello de los 57 millones, que siempre queda muy mediático y muy complaciente.
Es cierto que el turismo no está viviendo un mal año, pero de ahí a calificarlo como ‘récord’ basándose meramente en la cifra de llegadas internacionales muestra poco tacto y acierto tanto por parte de la prensa como de autoridades sobre la realidad de las empresas turísticas, y si no, que les pregunten a touroperadores y agencias de viajes, incluidas las online.
Nunca importamos mucho las agencias y ahora menos, con un ministro que encima nos ataca y pide que no se hagan viajes al extranjero
España...el triunfo de los mediocres.