EPA: Sólo nos queda el turismo

La última Encuesta de Población Activa (EPA) del primer trimestre 2017 vuelve a destruir empleo lo cual tampoco es ninguna novedad porque en los tres primeros meses de todos los años los dígitos marcan esa deriva.

Lo sustancial desde la perspectiva del Sector es comprobar cómo el incremento del empleo en España pasa necesariamente por el Turismo. Las cifras no mienten ni tienen ningún color. En el primer trimestre del presente año la agricultura creó 31.000 empleos y la construcción 2.100. Los servicios (turismo) bajó 94.000 –entre otras cosas porque la Semana Santa se celebró en el mes de abril- y la industria decayó en 8.200.

Esto es, cuando por cualquier causa el Turismo no tira del empleo las tabulaciones generales se vienen abajo. Lo demuestra el hecho de que durante el último ejercicio el empleo subió en todos los sectores pero particularmente en servicios (200.000) ocupados más.

Esto lo parecen tener claro las autoridades de todo signo y condición; sin embargo, esa claridad no se compadece con el mimo que deberían prestar a quienes realmente tiran del carro. En gran parte el pecado está en los que deberían exigir ese cariño. Cada cual va a lo suyo y la casa común sin barrer.

Dicen que cuando España ingresó en la Unión Europea los diseñadores estratégicos de entonces decidieron que nuestro país –por sus especiales condiciones climatológicas y su posición estratégica- debió jugar en Europa lo que Florida a Estados Unidos, esto es, ser un país de servicios de ocio y turismo básicamente. ¡Tampoco está nada mal! El hecho histórico cierto es que para entonces España ya se había convertido en una auténtica potencia mundial de la cosa. Nosotros no tenemos un Silycon Valley  ni en términos generales –excepciones las hay-está dotada nuestra sociedad para plantar cara a la gran industria pesada germana.

Desde hace muchos años vengo oyendo el sempiterno discurso huero respecto al cambio de modelo económico y la apuesta por el I+D+i. ¿Quién no va a estar de acuerdo con ello? Pero no se puede vender lo que no se tiene. Lo que tenemos es lo que tenemos. Punto. Disponemos de una potente industria turística, tanto interior como exterior, y es lo que hay que arrullar día y noche. Los sueños en España se evaporaron con el Sefarad. Lo cual tampoco significa renunciar a nada pero con los pies en la tierra.

Siendo realistas debemos aplicarnos en lo que somos mejores. La EPA viene a demostrarlo una vez más. Si queremos reducir la intolerable cifra de parados tenemos que hacernos mejores y más grandes en el lado fuerte que es nuestro Sector. Punto.

MELIÁ: DEL PALACIO DE LOS DUQUES AL ME MADRID.

Una prueba práctica de lo que describíamos anteriormente con excelencia es el éxito del hotel Gran Meliá Palacio de los Duques pese al escaso tiempo que lleva abierto. Inmaculada, su directora, y todos sus empleados deben estar muy satisfecha con el estreno del hotel de lujo en pleno corazón del Madrid de los Austrias y con el trabajo realizado.

La cosa es que el poderoso equipo de fútbol Bayern de Munich lo eligió recientemente como cuartel general en Madrid para disputar con el Real los cuartos de la Champions. Un detalle de singular importancia para la imagen no sólo de la capital y de España si no también y especialmente para el Grupo que ha invertido con inteligencia muchos millones de euros.

El mismo Grupo Meliá celebraba el pasado jueves una gran fiesta en el Madrid de las Letras para conmemorar los diez años del ME Madrid que se autodefine como “Arte, moda, música y gastronomía”.

Dos pruebas de que ser grande se consigue con esfuerzo, dedicación, tesón y riesgo. El resto son ganas de marear la perdiz.

No hay otro camino.