Aplauso a los “bichos raros”

En el mundo del turismo, como en cualquier otro negocio, hay ‘bichos raros’, gentes que hacen lo que no hacen los demás, gentes que tienen capacidad para innovar y que, como consecuencia, les va bien. O les puede ir bien. Lo que está claro es que quedarse quieto y ‘verlas venir’ no es una solución.

Que esa innovación ocurra en tiempos normales, tiene mérito; que ocurra en plena pandemia merece un aplauso. Y de los notables.

Miren: yo creo que lo de Volotea merece un premio. Supongo que, pese a todo, habrá perdido dinero en 2020, pero el mérito que tiene haber volado la enorme mayoría de sus líneas y con un nivel de ocupación elevado es impresionante. Volotea tuvo la capacidad de pensar rápidamente que debía transformarse en una aerolínea doméstica (italiana, francesa y española), porque el poco tráfico que queda tiene lugar dentro de los países. Y le ha ido bien. O relativamente bien.

Bien le ha ido también a Saga. Saga es un tour operador británico que se especializa en personas de la tercera edad. O sea, exactamente el tipo de cliente que nadie hubiera dicho que podría ir bien. De hecho, no ha ido bien, pero sí su rama de seguros, que ha operado con éxito.

Y, finalmente, hay que felicitar a Ethiopian, la que probablemente es la aerolínea africana de más éxito. Ethiopian, como todas las compañías aéreas del mundo, ha vivido un 2020 angustioso porque sus aviones no han tenido ocasión de volar con normalidad. Pero la dirección tuvo la idea de convertirse rápidamente en una empresa de carga. Lo hizo antes que nadie y está salvando la crisis con pérdidas muy moderadas. 

En el mundo del alojamiento, en cambio, es difícil encontrar alguien que haya podido salvarse porque la realidad es la que es: no viaja nadie. Apenas podemos aplaudir a quienes se han centrado en clientes locales, en algunos lugares de España. Pero sobre todo hablamos de turismo interior, que es el que ha ido menos mal.

En todo caso, seguro que hay muchos más que están haciendo juegos malabares para salvar el tipo, si es que lo consiguen. Porque otro homenaje necesario sería a aquellos que lo intentan, aunque el huracán es demasiado poderoso para que alguien note su esfuerzo.