Aurelio Vázquez, un personaje bien conocido en el turismo español, ha sentenciado con toda razón que “ha muerto Thomas Cook, no la turoperación”. Los datos se van sucediendo y confirman que, efectivamente, Vázquez acierta de lleno. Veamos:
La práctica totalidad de las agencias de viajes físicas de Thomas Cook seguirán abiertas, con otros nombres, para otras empresas, porque efectivamente sigue habiendo clientes interesados en estos productos; todos los aviones siguen volando, aunque es verdad que durante el final de 2019 esto no fue posible por razones técnicas. Para el año que viene, nadie prevé que exista un efecto Thomas Cook en el mercado. En Canarias, donde la quiebra afectó más de lleno por el momento en el que se produjo, los hoteleros registran una caída del 1.5 por ciento en la facturación, lo cual ciertamente es irrelevante. O, al menos, no es para hacer todo el ruido que se hizo.
No sé si Vázquez lo dijo, pero probablemente él, que es una persona absolutamente informada, sabe que la turoperación no va a crecer ni va a expandirse, si acaso tendrá una caída lenta, que no supondrá su desaparición al menos durante los próximos veinte años, si es que finalmente un día acaba por morir, que no es nada cierto.
Así, pues, su afirmación separando el problema de una compañía muy mal gestionada, llena de deudas, burocratizada y sin norte como era Thomas Cook de la touroperación es muy oportuna. Por cierto, supongo que Vázquez también pensará que ha sido una fortuna que nuestros políticos incompetentes no hayan tenido la oportunidad de extender artificialmente la vida de Thomas Cook, porque hubieran creado muchos más problemas que los necesarios.
Otro Seneca q cuando habla sube el pan. Si es que cada uno queda retratado. En fin sin, no quiero comentar más sobre este personaje q todos conocemos