Desde hace ya muchos años, en Europa los viajeros corremos el riesgo de llegar al aeropuerto y que nuestra compañía aérea no opere, no exista, se la haya tragado la tierra. Ocurrió en infinidad de ocasiones en España (el caso de Spanair, el más chocante) y sucede hoy mismo con Niki, en las civilizadas Alemania y Austria. Un viajero que haya comprado su billete con esta compañía y hoy vaya a su aeropuerto para hacer el vuelo pagado se encontrará con que ni hay compañía, ni hay sustitución, ni siquiera habrá información. Si el billete fue comprado a través de un touroperador, este dará la cara, teniendo que desembolsar otro billete con otra compañia, pero si el viajero pertenece a los 300 mil que en su momento entraron en la página web de Niki y adquirieron su viaje, entonces nadie responderá.
Estamos en el siglo XXI, en la Europa que vigila nuestros derechos, pero estas cosas siguen ocurriendo como siempre. Como en el país más 'cutre' del mundo. Los alemanes intentaron evitarlo, pero por el camino que no toca, amañando la venta a Lufthansa para que, con un préstamo de esta, la transición fuera tranquila. Como toda la operación se fue al diablo porque atentaba contra la competencia, hoy mismo estas escenas se siguen repitiendo.
¿Para cuándo la Unión Europea, tan valiente en hacer reglamentos y directivas de viajes que nadie pedía, va a ponerse a ordenar esta situación? ¿Cómo no se exige que en el precio del billete se incluya un seguro para asumir estas situaciones? ¿Cómo es posible que una compañía no tenga la obligación de proveer una cantidad para el rescate de unos viajeros que pagaron sus billetes?
En el caso de Monarch no ocurrió lo mismo porque el Gobierno británico usó dinero público para organizar una macrooperación de rescate –que, por cierto, sólo atendió al regreso de los británicos que estaban tirados por el mundo, no a la de quienes quedaron en Gran Bretaña, sin derecho de regreso a sus países de origen. Pero fue una operación excepcional, carente de apoyo legal.
Hoy mismo la Unión Europea volverá a aprobar alguna de sus normas innecesarias, pero en cambio seguirá sin atender una urgencia que desde hace años sigue sin solución en un continente que presume de ser el que más protege al consumidor. A algunos, puede ser.
¿Civilizada Alemania? Para civilizados, los españoles.
Basta vivir en el extranjero, en los "civilizados" países del norte, como la prensa suele describirlos, para darte cuenta de que, realmente, es España la civilizada.
Es más peligroso, hoy en día, andar por la noche un sábado en Estocolmo o Berlín, que en Madrid o Barcelona.
Ya esta bien de confundir a los consumidores con borregos.
Serán consumidores pero se supone que también personas con mas o menos capacidad de raciocinio y responsables de sus decisiones.
Cada dia suspenden pagos cientos de empresas y eso forma parte del juego.
Cuando alguien porque cree que va a ahorrar unos euros arriesga comprando un billete de una compañía u otra es su riesgo. No tenemos porque pagar su riesgo los que no nos hemos ido de vacaciones para ahorrar o simplemente tenemos mas cuidado o tal vez vemos que se reducen las partidas para sanidad, educación, etc.
Cuando se alude a la defensa del consumidor muchas veces de lo que se está hablando es de bolsas de dinero aportadas por todos de forma obligatoria para cubrir los riesgos de otros. Y los políticos encantados porque...alguien tendrá que gestionar ese dinero.
Si la empresa no ha cumplido su contrato con algunos clientes, que acudan a los tribunales a reclamarlo.
Desgraciadamente el mundo de la aviación es complicado para hacerlo rentable, se necesitan flujos de dinero importantes para aviones y instalaciones, y el retorno es pequeño en comparación con la inversión (el retorno es grande porque el volumen es monstruoso, pero pequeño en comparación al riesgo), si a eso le sumamos que algunas aerolíneas se ajustan mucho para ofrecer billetes más baratos.
Trae como resultado que cuando como es normal vienen las vacas flacas no son capaces de conseguir una bolsa de económica por si vienen problemas, por ende la quiebra.
Luego leyes de competencia que impiden que una empresa pueda rescatar a otra, porque atenta la competencia, pero permiten que los trabajadores y pasajeros por dicha ley se coman una quiebra.
No digo que todas las aerolíneas deban ser publicas, pero esas limitaciones absurdas que no permiten ayudas en un momento dado me parecen absurdas y innecesarias.
Luego todos los CEO´s de la UE y USA lloran y critican a las aerolíneas del golfo o asiaticas porque les es imposible competir con ellas.