Turquía está viviendo una profunda crisis financiera. No es la primera vez. Aparentemente por razones religiosas, el gobierno de Ankara no está dispuesto a elevar los tipos de interés para contener la pérdida de valor de la moneda del país, resultado de la pérdida de competitividad de su producción.
Por este motivo, acaba de echar súbitamente al presidente de su Banco Central, que estaba llevando unas políticas monetarias relativamente aceptables y que paulatinamente estaban dando estabilidad al país.
El despido ha sido demoledor: quince por ciento de hundimiento del valor de la moneda en un día, con consecuencias en todos los países emergentes (México, mismo, ha sufrido una devaluación, aunque de muy poca monta) y, sobre todo, en la competitividad del país. Aunque quienes tienen negocios en Turquía lo están pasando muy mal (ahí está el BBVA, que tiene una fuerte presencia en el país), quienes exportan deberían ver el cielo abierto.
Menos el turismo. Turquía tiene ahora una gran ventaja competitiva en su turismo, pero los problemas comerciales derivados del Coronavirus persisten y nadie sabe qué ocurrirá de cara al verano. Turquía apenas ha vacunado al quince por ciento de la población –es poco, pero bastante más que España– y está en medio de una subida y agravamiento del número de contagios por el virus. El 24 de enero pasado llegó a su mejor resultado pero desde ese día, primero moderadamente y después con más intensidad, está perdiendo el control de la epidemia, con veinte mil casos nuevos diarios y más de ochenta muertos diarios.
Es decir: una oportunidad para competir mejor, pero en tiempos normales. Ahora nadie sabe si podrá sacar ventaja de esta devaluación. Ni siquiera si tendrá temporada veraniega. Hay que esperar sí o sí.
Pero otro día decian en este portal que: "El Gobierno de Turquía anunció este domingo que los trabajadores del sector turístico tienen prioridad absoluta en la vacunación, con el objetivo de normalizar esta actividad antes que los destinos competidores." ¿Entonces?
Tan mal como los demás, ¿acaso aquí estamos mejor?, pero con una ventaja competitiva muy importante y es que el coste de las vacaciones en aquel país será bastante menores que en este país y eso en cualquier momento es una buena noticia y en los tiempos que corren más y en general, ¿por qué se piensan que bajaron los salarios en este país en la crisis de 2008 y que hoy en día aún sigue?, y que no fue otra cosa que una devaluación de facto al no poder devaluar la divisa.