Menorca, una isla, dos voces en Fitur

Menorca, como ustedes saben, es la isla menos turística de Baleares. Dentro de Menorca, los dos municipios realmente importantes desde el punto de vista de la población y también como atractivos, son Ciudadela, al oeste, y Mahón, en el otro extremo. No se asusten cuando hablamos de “extremos” porque no estamos hablando de Rusia sino de Menorca, con apenas 45 kilómetros de extensión y, por lo tanto, de distancia entre las dos principales ciudades.

En el medio, jalonando la carretera principal (y casi única) hay varios municipios. Uno de ellos es Alaior. Alaior tiene apenas nueve mil habitantes y su núcleo urbano, interesante, no destaca especialmente. Tiene, sin embargo, dos núcleos turísticos, uno al norte y otro al sur, con una oferta de cierto interés. Nadie, por supuesto, va a estos núcleos sabiendo que está en Alaior: va porque está en Menorca, como es lógico. Ustedes no se van a encontrar en Alaior nada que no sea profundamente menorquín, lo cual es bastante balear, si es que esto existe.

Pues bien, para que vean qué nivel de disparate tiene la política en este país, el alcalde de este municipio, José Luis Benejam, acudió este año en solitario a Fitur (en la foto, hablando a los asistentes) y ahora no sólo ratifica el éxito de haberlo hecho sino que dice que en el 2021 volverá y aumentará el espacio.

Yo, si fuera alcalde de cualquiera de los otros municipios menorquines, estaría encantado porque no existe ni un viajero de los que Alaior pueda captar –si es que pudiera haber alguna posibilidad– que viaje a Menorca y sólo visite Alaior. Es imposible que no vaya a Mahón o Ciudadela, como mínimo. O sea, Alaior, en su disparate, está gastando el dinero para todos los demás. No está mal. 

(Si no entienden tamaño disparate, yo se lo explico: Benejam es del Partido Popular y tanto Menorca como Baleares están gobernadas por la izquierda.)