Canarias, en una iniciativa absolutamente plausible, ha llegado a un acuerdo con la Organización Mundial del Turismo para poner en marcha un pasaporte que asegura que el viajero no tiene el virus. El pasaporte no es manipulable y funciona en el teléfono móvil, con una tecnología segura y bien diseñada.
Ante esta noticia, que fue publicada en muchos lugares, una parte importante de la población se escuda en que quien tiene que tomar las decisiones es el gobierno central y no Canarias. Por supuesto, todos sabemos cuál es el ámbito competencial. Sin embargo, aquí hay que tener claro que si se demuestra que un número de personas determinado no está contaminado, ¿por qué no habría de poder volar?
Este es el tema central de todo el debate. España y todos los países deben perseguir al virus, pero no a quienes no lo tienen. Es la lógica con la que están actuando los países que están logrando los mejores resultados contra el virus: localizar a sus portadores y aislarlos, en lugar de aislar a todos los demás que, además de inocentes, son infinitamente más y difíciles de controlar. Es fundamental que existan garantías de que quien dice estar sano está sano. Pero si eso es así, lógicamente debe poderse mover.
La única razón para este marasmo de normas absurdo que nos limita la movilidad es la posibilidad de que nosotros mismos tengamos el virus o de que nos encontremos con quien lo tenga, sin saberlo. Lo lógico es que el gobierno intentara buscar a estas personas para aislarlas durante un periodo de tiempo. Dado que esto no ocurre, es legítimo que quienes sí pueden certificar que no están contagiados, puedan empezar a desplazarse.
¿El motivo? Simplemente porque no son un peligro, porque no suponen un problema y porque nadie tiene derecho a limitar la movilidad a quien garantiza que no está contagiado.
Lo demás es absolutamente intolerable. Y algo de eso parece que puede estar pasando: perseguir a todos, por las dudas.
Nos están persiguiendo a todos. Lo del pasaporte en el móvil, una vergüenza. Ellos mismos cavan su propia tumba.
Aquí uno que no viajará si me obligan a tener un espía en mi móvil. Si lo que quieren es que viaje gente no contagiosa lo único que tienen que hacer es una base de datos estatal en la que las personas voluntariamente se hagan la prueba. Luego la compañía aérea se conectaría a la misma, antes de vender el billete o dar la tarjeta de embarque y siempre online, al igual que cuando un residente compra el billete de avión y el sistema se conecta al Ministerio, Si el usuario no estuviera en la base de datos, ni se vendería el billete ni se daría la tarjeta de embarque y la compañía debería borrar toda la información recopilada.
Lo mejor es hacer como en EEUU, dejar libre el movimiento y que cada cual se las arregle como pueda, eso de que el gobierno proteja a los ciudadanos me suena a Venezuela. Con mi dinero no !!!