Por qué “Covid free” no basta

Me parece absolutamente estupendo que los hoteles trabajen en esa idea de la etiqueta “Covid free”. Sin embargo, a mí me parece un proyecto inútil. Si no totalmente, al menos bastante inútil. Me explico. 

Por supuesto, yo quiero que el hotel al que viajo esté limpio de virus. Por supuesto quiero que las habitaciones estén desinfectadas y sus bares y restaurantes ofrezcan garantías. Lógicamente. 

Sin embargo, me parece evidente que la primera causa de temor, de miedo, cuando uno viaja, no es el hotel, ni la manilla del armario, ni el cuchillo del comedor, sino las demás personas que acuden. Si me preguntan a mí, qué es lo que más pánico me daría hoy de estar en un hotel, yo le contestaría, sin dudarlo, tener que subir a un ascensor con otros clientes y estar en él durante unos minutos. Y después la distancia en las mesas del desayuno, y después la espera en la recepción, y después, y después. 

Está bien lo del “Covid free” porque está bien ofrecer más garantías, pero creo que es un asunto bastante menor que hay que hacer, pero no resuelve el problema.

Yo lo compararía con la idea de que una fila de asientos de los aviones quede vacía. No es que sea una idea necesariamente mala, pero sí manifiestamente insuficiente. A mí me preocupa más la espera en la cola dentro del ‘finger’ para poder subir; la cara de otro viajero a diez centímetros de la mía mientras sube su maleta al compartimento para el equipaje; la espera para que abran las puertas; las colas para sellar el pasaporte o para pasar los controles.

Sin embargo, no queda más remedio que seguir trabajando en este sentido. Esta iniciativa no creo que sirva para mucho, pero diseñar itinerarios en los hoteles que garanticen en todo momento la distancia de seguridad, es fundamental. Distribuir los espacios en los salones para no tener cercanía con otros viajeros, clave. Por aquí, creo yo, podríamos llegar a ofrecer algo que sea más convincente.