España se quedó prácticamente sin ingresos turísticos durante el verano de 2020. Ha sido una catástrofe económica de la que tardaremos años en recuperarnos. Y ahora nos aprestamos a hacer lo mismo con el invierno. El invierno turístico en España equivale, sobre todo, a decir Canarias. Y Canarias es una región económicamente más endeble que la media de España.
Esta situación, que simplificadamente equivale a vivir doce meses sin ningún tipo de ingresos turísticos, tiene doble lectura: por un lado, hay que entender que estamos hablando de un virus de gran agresividad, que es una enfermedad peligrosa, que toda Europa está afectada y que más o menos nadie se ha librado del desastre.
Pero también admite otra lectura: hemos hecho las cosas tan mal que no ha habido forma de poder tener algún turismo, un poco, una mínima parte. Ahora mismo, como ustedes verán, después de nueve meses sin controles de entrada a los turistas, nos encontramos con que en Canarias se aplican unas medidas que significan que el turismo no se pueda practicar. ¿Por qué en los últimos nueve meses no fue necesario el control y sí lo es ahora?
Yo no sabría decir hasta qué punto, hiciéramos lo que hiciéramos, el turismo estaba condenado. Pero en cualquier caso, sí tengo que explicar que hemos dado un golpe fabuloso, nunca antes visto, a nuestra economía, a miles y miles de trabajadores que estaban luchando para salir adelante.
Las grandes víctimas están siendo quienes, respondiendo a lo que era previsible, se habían endeudado bien a nivel de empresa o a nivel personal. En estos casos, la crisis ha arrasado todos los escenarios previstos; ha generado un agujero fenomenal del que será muy difícil salir.
No siempre estos empresarios o estos profesionales fueron demasiado intrépidos en sus decisiones; muchos probablemente son cautos y prudentes, pero para crecer hay que asumir riesgos. Y esto ha sido condenado con dureza, con crueldad.
España, pues, se prepara para doce meses sin turismo. Nunca antes lo habíamos visto.
Efectivamente Sr. Urrea, que el Gobierno del ínclito Sanchez no haya presionado a Europa para aceptar los test de antígenos como prueba válida para poder viajar condena a Canarias a perder la temporada de invierno y con ello generar un impacto económico negativo de tal calibre que pueden pasar años hasta que la situación se recupere.
Nunca antes había visto un desgobierno tan inepto
Yo no sabría decir ... no hay más preguntas Señoría.
Hay quien agita y levanta pasiones, caspa y naftalina desde el whatsapp.
Otros, desde columnas incendiarias supuestamente de profesionales fajados en mil batallas, avatares y fracasos de emprendimiento; y luego está el cuñao de barra de bar, mejor de Resort five stars for the face of felatiio.
Redoblando la campaña Plátano de Canarias en nuestras mesas estas navidades.
No hay mal que por bien no venga. Ojalá esta debacle sirva para concienciar a la población de que depender del turismo -es decir, de que la Virgen haga que no llueva o de que Alah mande a algún pirado poner una bomba en la playa de un país competidor- es propio de naciones tercermundistas y de que enterrar los ahorros en "invertir" en ladrillo es condenar a nuestras ciudades a la gentrificación que expulsa a los vecinos y a nuestros hijos a la precariedad, la explotación laboral y la miseria.