Thomas Cook: 5 años casi perdidos

Peter Fankhauser, el suizo que dirige Thomas Cook desde 2014, afronta como el nuevo propietario, la compañía Fosun, se encargará de una gestión que, probablemente, cambiará. Así, llega el momento de hacer un balance de la gestión de Fankhauser.

Fankhauser viene ocupando un cargo en el que, hay que admitirlo, había pocas posibilidades de lucirse. Pero, hay que añadir que la gestión tampoco parece haberlo pretendido. Fueron cinco años de dejarse llevar por la corriente, intentando evitar el naufragio, para al final acabar ahogado.

Los problemas de la tour operación son variados. En primer lugar, el negocio en sí está en crisis, especialmente para quienes tenían un modelo basado en estructuras muy nutridas, como es el caso de Thomas Cook, heredera de varias marcas llenas de burocracia. En segundo lugar, la intermediación ha migrado a Internet, dejando en un mal lugar a los que tienen mucho negocio de oficinas físicas. En tercer lugar, Thomas Cook ha sido lento en la implementación de nuevas estrategias. Y esto se puede comprobar en comparación al rival, Tui, que padece los mismos males pero que va mucho más adelantado en su remodelación.

Thomas Cook es hoy lo que era hace cinco años, con algunas oficinas menos y, si acaso, algunos hoteles más. Nadie ha visto una idea nueva, un cambio profundo, una renovación. Hace dos años la empresa decía que su aerolínea era vital; hace un año la puso en venta y hace tres meses ni siquiera había sido capaz de enajenar ese activo. Cinco años son suficientes para que se notara algo de la mano del gestor. Pero no, el balance es que la compañía ha perdido un 90 por ciento de su valor, lo que más o menos equivale a decir que se ha hundido.

Ahora, el nuevo gestor no lo tendrá tampoco fácil, pero de eso hablaremos cuando llegue el momento.

Hay que recordar que hay otros operadores del mismo segmento de Thomas Cook que sí han conseguido encontrar un sentido a su negocio, sobre todo controlando costes, mejorando la calidad, reduciendo la burocracia. Algunos se han volcado en Internet, pero otros han competido y compiten en el mismo segmento –caso de Jet2--, sin agencias propias, y les va bien.

La marca y la historia detrás de Thomas Cook, la fuerte vinculación con España, bien merecen el intento de preservar su patrimonio y servicio.