Un impuesto a los grandes, no tan grandes

Atención hoteles, agencias de viajes y otros operadores turísticos que venden sus productos por Internet: desde el primero de enero, Francia comienza a aplicar un impuesto sobre las ventas que se hagan específicamente en la red. Y desde abril, lo hará Italia. Es la web-tax, que probablemente se convertirá en modelo para nuestro gobierno, siempre ansioso en poder ingresar más dinero.

El enemigo inicial de este impuesto son los grandes como Facebook, Amazon o Google (aunque no se me ocurre ver cómo van a controlar la comercialización que hacen el primero y el tercero de ellos) pero, en el caso de Italia, el sector turístico ve que va a tener que asumir este impuesto, de una manera o de otra.
La complejidad de las disposiciones es tal que no se espera que esta tasa se pueda detallar en un reglamento en la fecha prevista inicialmente. Pero, probablemente ocurrirá durante este año.

La disposición legal establece que es un impuesto a los servicios digitales que se cargará a las personas (físicas o jurídicas) que, en el ejercicio de actividades comerciales, prestan servicios digitales y que superen ciertos umbrales de ingresos. En Italia hablan de que ese umbral estará en los 750 millones de euros, cifra que ciertamente es muy alta. El gobierno ha dicho que el impuesto está pensado para los más grandes y estas cifras lo confirman.

Pero, sin embargo, hay que estar atentos porque probablemente las grandes OTA como Booking facturan en España más de 750 millones anuales. Y probablemente también las grandes aerolíneas venden online cantidades superiores a estas cifras, con lo que la tasa podría cambiar el escenario de la comercialización turística.

Es el momento de esperar y ver cómo Francia e Italia abordan esta cuestión para empezar a pensar en qué va a suceder en España, donde las necesidades financieras y la prudencia de los políticos están al mismo nivel que en estos dos países, si no peor.