Estos días se ha sabido que durante el mes de marzo, el 45 por ciento de los turistas que llegaron a la isla de Ibiza se alojaron en apartamentos turísticos ilegales; otro 25 por ciento lo hizo en hoteles, –legales por supuesto, dado que no existen los ilegales–; un 18 por ciento en alojamientos propios y un 10 por ciento en apartamentos legales. Sólo el 9 por ciento de todos venía con un paquete turístico tradicional.
Los datos merecen una reflexión cuidadosa, si es que en España aún existe la posibilidad de evaluar fenómenos de este tipo sin que las ideas previas, determinadas por la ideología, impida el raciocinio. Porque es importante reflexionar sobre qué ocurre cuando la mitad de los viajeros se aloja ilegalmente; sobre cómo estos turistas contribuyen a las arcas del estado cuando están en establecimientos que probablemente actúan en la economía sumergida. En segundo lugar, es importante que alguien pensara si es aceptable que sólo uno de cada cuatro turistas esté en un hotel, teniendo en cuenta que estos sí crean empleo masivo, mientras que los apartamentos crean poco o ningún empleo. En tercer lugar, sería interesante que alguien reflexionara si es posible que en Ibiza, en marzo, un 18 por ciento de los visitantes diga que tiene una vivienda propia en la isla.
Todas estas reflexiones tienen importancia porque nos permitirían aclarar si es correcto y deseable tener tantos visitantes en estas condiciones o si no sería mejor tal vez tener menos cantidad pero con más valor añadido. ¿Qué aportan los turistas que se alojan en establecimientos ilegales? No porque sean personas que no quieran contribuir, sino porque aunque no lo sepan y probablemente no lo deseen, su presencia en la isla no va a dejar dinero para financiar las infraestructuras públicas. Sí, habrá particulares que se beneficien, pero no estaría de más reflexionar sobre si con eso ya basta para explicar el impacto que genera el turismo.
En todo caso, la reflexión nunca está de más. Y de paso, también podríamos pensar en qué impacto está teniendo la desaparición, ahora ya casi total, del paquete turístico.
¿Vale la pena tanto turismo en alojamientos ilegales?
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Qué es mejor, tener gente, un 45% que se alojan en alojamientos "ilegales", vamos a llamar a las cosas clares, que usan ABNB o similares, o que esos, simplemente no vengan -tal vez- porque los precios de los hoteles están más que inflados?. Tal vez, también merezca una reflexión.
Les dicen "ilegales" porque así les conviene denominarlos a los hoteleros pero alquilar una casa se ha hecho toda la vida y es muy legal y no tiene nada que ver entregar las llaves de una casa que un negocio de hotel con todos los servicios cobrados anticipademente. Referente al comentario de lo que dejan. Pues seguro que dejan más en comercios, restaurantes, taxi y demás que en los bares y demás negocios dentro del hotel que además el beneficio sólo sirve para invertir más en el caribe.
Tu no entendiste nada.
De quién son esos alojamientos ? qué impacto tiene la actividad sobre
los que trabajan y viven en la misma finca,pero no son "dueños" ni participan en la bacanal/orgía/botellón ? .
Es esto apostar por la calidad ?, qué tipo de calidad, sumergida ?
Normativas claras, sanciones ejemplares, respeto a las empresas legalmente constituidas... hay alguien ahí que defienda los intereses
de todos??? o se trata de coger la pasta y echar a correr?