El turismo va bien por unos cuantos empresarios y otros tantos profesionales que han sabido darle contenido, visión y entrega a una industria sin parangón y por unos pocos, muy pocos - escasos- políticos que creen en un Sector que es vilipendiado por los dirigentes de los partidos emergentes radicales con mando en plaza.
De estos políticos cavernícolas a los que la prensa les tiene un miedo atroz -basta oír lo que dijo la presentadora de Antena 3 a micrófono cerrado cuando emitían las imágenes de los podemitas, cupenitas y filo etarras subiéndose al avión de Maduro- ya no sorprenden sus salidas de tono respecto al sector turístico.
Lo que sí llama la atención es el interés mediático que despiertan algunos personajes del mundo de la empresa, frikis en algunos casos, que viven a rebufo de esta bendita industria. Gente que sin ser castuza -así llama el gran Burgos a los nuevos integrantes de la mamandurria- daña al empresariado con sus actitudes arteras.
La edición de Fitur de este año ha sido exitosa, pero también ha sido una feria de vanidades en la que los personajes venidos a menos han tenido sus momentos de gloria. Y es que a golpe de talonario intentan lavar sus imágenes y comprar a la par distinciones de cierto postín de allende los mares y visitas ante la púrpura más purpúrea.
Incluso hasta el hotelero populachero que está inmerso en un concurso de acreedores ha tenido su cuota de protagonismo al organizar el primer día de la feria un desayuno con el ministro de Turismo del país que está más de moda ahora mismo en el Caribe. El mismo hotelero, sí, que se estrelló como gestor en ese país.
Este empresario ocupa un alto cargo en la gran patronal y ahí anda el hombre metiendo baza para asombro de la gente seria del turismo. Peores son los que ahora se han girado la chaqueta y defienden el impuesto turístico en Baleares, la ecotasa, uno por dandismo y otro por odio atroz a todo lo que sea hoteles ("la clase privilegiada", dice).
El más peculiar de todos, el imparangonable, no ha firmado acuerdos de gran relevancia en esta edición porque está centrado en salir del atolladero en el que se encuentra metido, que es, pacte o no pacte, muy profundo. Pero ha mantenido reuniones privadas positivas encaminadas a allanar el terreno a los pretendientes de los ojos oblicuos.
Por ejemplo, el viernes pasado mantuvo en su casa de las afueras de Madrid una reunión de casi cinco horas con un empresario de Quisqueya con el que sobrelleva un pleito millonario por unos terrenos. Parece que el acuerdo entre litigantes va por buen camino y puede que de nuevo vuelvan a retomar buenos momentos en Boca Chica.
Cualquier cosa puede pasar con el empresario español que más sale en prensa -si el impulsor de la cadena Riu levantara la cabeza...- pero, sí, todo hace indicar que está purgando los problemas de su grupo. Lo que ocurre es que son muchos los conflictos y frentes que tiene abiertos aquí y al otro lado del charco. Una cascada.
Y es que por una puerta que cierra acaba abriendo otra. Sigue dando embestidas y generando enemigos cuando ni la edad ni la salud le acompaña. Tampoco el orgullo. Por eso ya no despierta la simpatía y la admiración de antes. Tenían que haberlo visto relegado en un rincón en una fiesta de una entidad financiera... Pena, penita, pena.
Lo friki vende en la tele más vista y así nos va a nivel estatal. Este sector también da para unos cuantos Sálvame de esos porque por nuestra industria pululan personajes y famosillos de tres al cuarto. Ahora bien, no caeremos en el error de darles cancha. A no ser que estos elementos, estos figuras, acaben en la cárcel. Que no parece el caso.
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