Nos habían contado que la economía de mercado consiste en que cada empresa se busca la vida como puede: si es competitiva, sobrevive; si no tiene futuro, cae. No nos alarmemos, cuando una empresa cae, otra la reemplaza, premiando así a quien tiene mejores ideas, a quien gestiona mejor. Esa es la teoría sobre la que se basa Europa y sus instituciones.
Nos habían dicho que en la aviación había que superar el periodo de compañías aéreas públicas, no competitivas que caracterizaron nuestra historia. Por eso, hoy en Europa todas las aerolíneas son privadas, aunque algunas tienen alguna participación pública que, nos habían dicho, era residual. Los gobiernos se mantienen al margen. Como consecuencia, se supone que vivimos en un mercado libre.
Libre, hasta que algo no sale como quieren las grandes empresas. Entonces se arma. Es lo que está pasando con Air France y KLM, especialmente con la primera. Air France no pierde dinero, pero no gana. O gana algo tan marginal que no permite la renovación de flota, lo que a su vez se traduce en una pérdida de competitividad y, en consecuencia, de mercado.
Pero las dos son aerolíneas privadas. Francia conserva algo más de un diez por ciento del capital del grupo y los holandeses tenían un seis por ciento de capital del estado, ahora aumentado a poco más del doce. Eso no da ni a Francia ni a Holanda poder. Las dos compañías deberían resolver sus problemas por su cuenta.
Pero resulta que como siempre dice a voz en grito Michael O’Leary, el director general de Ryanair, todo esto es una farsa. Como Air France va mal, Francia se mete culpando a KLM. Y Holanda reacciona porque no quiere que le toquen su querida aerolínea. Los franceses hicieron una reunión en la embajada francesa en La Haya para explicar que querían echar a Pieter Elbers, el director general de KLM. Y Holanda reaccionó en su defensa. ¿Imaginan a un gobierno defendiendo a una empresa puramente privada?
Ahora, el último capítulo de la historia de Air France-KLM es aún más surrealista y más delator de la gran mentira en la que vivimos: se han reunido los ministros de Hacienda de Francia y Holanda y han dicho que dan su respaldo a sus aerolíneas y que estudiarán un plan de viabilidad para mejorar la gobernanza.
¿Pero alguien se imagina una cumbre para decidir cómo se gobierna una empresa cualquiera? ¿Por qué los gobiernos se han de implicar en lo que nos habían dicho que eran empresas privadas? ¿Pero esto no era un juego en el que sobreviven los mejores? ¿Pero esto no es un continente en el que todos somos iguales? ¿Qué puede importar que la aerolínea de Francia sea holandesa o la de Holanda, francesa? ¿No era un continente abierto? ¿No hay fronteras abiertas? ¿No hay libertad de mercado?
Los hechos hablan por sí solos. Venga, pongamos dinero público y rescatemos a Norwegian, que también nos cae bien. Dejémonos ya de simular que creemos en lo que no creemos.
Ohhhh la grandeur de la France
Los franceses, son los mayores proteccionistas de la Unión.
Hay que aplicarles el: Heced lo que digo, no lo que hago.
Magnífico artículo y fantástico analisis.
Enhorabuena ¡¡
Mi estimado reportero, es que eso que te contaban y tu te creias es solo valido cuando sirve para reducir las condiciones de los trabajadores. Ciando afecta a los intereses del capital, politicos o directivos, entonces np aplica
Las antiguas aerolíneas bandera, todas aún tienen influencia del gobierno.
Alitalia, British Airways no quebraría nunca UK haría lo que fuese, como hizo con Rolls Royce, Air France, KLM, SAs Scandinavian, Finnair.... etc muchas de ellas con capital público, y las que no tienen capital público están intensamente condicionados por su país.
Norwegian es diferente, es una Low Cost de mucho peso en noruega, es mas es probable que sea para ellos mucho mas importante Wideroe que Norwegian, y no hablemos de SAS, compañía inquebrable por la rescatarían una y otra vez.
Quien no lo quiera ver que no lo vea.