Malas noticias para una compañía aérea con larga tradición como es la británica Monarch. Tras una larga acumulación de pérdidas, el nuevo máximo responsable -que, por cierto, viene de hacer un trabajo impresionante en la reordenación ferroviaria de su país- ha decidido reducir plantilla y revisar completamente su modelo de negocio. Monarch es una marca reconocida, con una larga tradición, pero eso no tiene valor ninguno en un entorno tan agresivo como el de las aerolíneas.
Debido a su historia, la compañía ha trabajado siempre en el chárter. De hecho, nació como tal. Está vinculada a varios operadores que le colocan viajeros, cosa que aún se mantiene. Era un negocio próspero que caracterizó la historia reciente del turismo. Es de la saga de las LTU, Futura, Spantax o Air2000, todas desaparecidas.
Monarch ha sobrevivido pero con grandes problemas. Los tour operadores ahora están absolutamente integrados verticalmente. El círculo comercial de los mayoristas es interno: tienen sus agencias, venden sus paquetes, operan sus aviones y en muchos casos alojan en sus hoteles. Es la única forma de sobrevivir. Pese a lo cual, los 'grandes' están en retroceso. Monarch era una aerolínea que, aunque vinculada a mayoristas, vende a todo el que quiera. Un negocio en claro declive.
Su estrategia se reformuló años atrás, abriendo la compañía al cliente ordinario. Por eso aún sobrevive. Monarch, sin ser EasyJet ni Ryanair, tiene una cuota de mercado de cierta importancia, sobre todo en los aeropuertos del sur de Gran Bretaña. ¿Es viable la fórmula? Probablemente sí, como está demostrando Jet2 en los aeropuertos del norte. Pero eso exige una gestión extremadamente ajustada, porque los márgenes son mínimos y los errores se pagan con la supervivencia.
Ahora la compañía ha decidido concentrarse en el vuelo de corto radio, centrado en las operaciones más demandadas y reduciendo plantilla en una tercera parte. Como ven, nada que no nos suene, que no hayamos visto antes. La dureza del negocio aéreo exige estar permanentemente alerta. Las marcas consolidadas no sirven para nada; el prestigio del buen servicio, igual. El cliente busca principalmente precio y, por supuesto, seguridad. De fidelidades, hoy en día, nada.
El arguments lleva a pronosticar su desaparición y no su triunfo, le falta a este lumbreras alguna clase de lógica .
Como decían en Forrest Gump tonto es el que dice tonterías....
Y en esta web están sobrados....
Que fenómenos nacionales de propaganda , que se dediquen ensalzar a IB y sus gestores nada más que para eso están y se dejen de intentar argumentar nada más que son de Berlanga...