Este fin de semana, Biel Barceló concedió una entrevista a Diario de Mallorca, por primera vez como responsable de un puesto de poder, en este caso, titular del Turismo en Baleares. Hasta ahora, el líder de los nacionalistas había dado entrevistas, pero poco tenía que decir, puesto que jamás había ocupado una cartera con responsabilidades reales.
Leí la entrevista con pasión, porque había quien señalaba que Barceló era un representante de la “extrema izquierda”, una Ada Colau en Mallorca. Pues bien, la entrevista en su integridad es un ejercicio de moderación y de responsabilidad. Un conseller del Partido Popular no habría dicho cosas más moderadas. El punto culminante de su prudencia tiene lugar cuando afirma que los hoteleros, que habían apostado por el Partido Popular en la campaña electoral, han cambiado de talante, como si ahora, días después de las elecciones, hubieran tenido tiempo de pensar en algo. Otra muestra de esta moderación es que matiza que él no afirmó nunca querer limitar el número de turistas, sino sólo que le parecía bien hablar de ello. Esta supuesta aserción tuvo lugar cuando el conseller fue preguntado por las declaraciones del presidente canario, quien también sugirió algo así como limitar el número total de viajeros.
En realidad, es tanto el espíritu dialogante y el talante abierto, afirma tantas veces que va a escuchar al sector, que prácticamente sugiere que hará lo que le digan. Sí, queda claro que no sólo los hoteleros impondrán su norma, pero es bastante cierto que da la impresión de que ideas propias en materia de turismo hay pocas y que sobra voluntad de seguir los criterios del sector.
Tenemos claro que nadie votó a Barceló por su programa en turismo, pero tampoco es muy normal que en su primera entrevista como conseller y vicepresidente ni mencione la idea central de su campaña electoral, que era crear una línea aérea propia de Baleares. Todos sabemos que era una tontería como cualquier otra, pero si uno promete esto en la campaña, debería al menos recordarlo en la primera entrevista. Tiempo habrá para que quede archivado en el armario de los recuerdos.
Vergüenza ajena tener a ese personaje como responsable de la gallina de los huevos de oro. Tiempo al tiempo.