En los años cincuenta y sesenta crearon el turismo de masas. En los setenta se convirtieron en imperios. En los ochenta dominaban Europa. En los noventa eran el dolor de cabeza de los hoteleros, obligados a vender, quisieran o no, a un oligopolio de compradores. Los tour operadores dominaron el turismo europeo durante décadas; las agencias de viajes sólo podían vender a través de ellos; las compañías aéreas sólo podían tener viajeros negociando con ellos y, más difícil para nosotros en las zonas turísticas, los hoteleros no tenían a quien vender si no era a ellos.
Han pasado 20 años desde el esplendor para que los datos del Instituto de Estadística afirmen que en 2016 apenas el 22 por ciento de los viajeros ha llegado a España en viaje organizado.
Ustedes dirán que los hoteleros se han quitado un peso. Pero se equivocan: ese peso ahora se llama Booking, y ni siquiera es europeo, aunque sus oficinas estén en Amsterdam.
Dudo que económicamente sea mejor ahora. Los hoteles apretados por partida triple, es decir, touroperadores, Booking y Expedia. Los tres amigos que lo único que quieren es potenciar su marca a costa de los hoteleros. Para servir a las hordas que vienen con los low cost y/o van a los apartamentos turísticos ilegales se tiene que pagar unos salarios muy bajos a los trabajadores del sector. Tan bajos que son más altos en zonas no turísticas. Y para inri, las hordas devoran el territorio ocupando y degradando centros de ciudades, playas y entorno natural. La única alternativa es apostar por el turismo de calidad pero de forma decidida. Eso significa cierto intervencionismo, si. A mi tampoco me gusta. Pero no veo otra forma.
"y ni siquiera es europeo" ¿y? ¿alguna conclusión más inteligente o solo vamos a lo más primitivo?