Uno de los espectáculos más tristes del mundo turístico español es el lamentable hundimiento moral de la cadena NH, otrora emblema de buen hacer. La cadena lleva ya años con problemas, fundamentalmente debido a su excesiva expansión pasada, fundamentada en un endeudamiento importante que la colapsó en los años de la crisis. A ello, que se podría haber entendido, hay que sumar los conflictos internos entre los accionistas, que son de tales dimensiones que cualquier observador desapasionado sólo puede esperar el inevitable estallido de la empresa. ¿Los culpables de este desaguisado lamentable? Los propios propietarios que han tomado el consejo de administración como campo de batalla entre dos facciones: por un lado el primer accionista, la china HNA (29 por ciento del capital) y, por otro, un núcleo de otros accionistas, que hoy controlan la dirección, y entre quienes se encuentra el segundo, Hesperia Hoteles (menos del 10 por ciento).
La historia de los episodios vergonzosos en el consejo de administración de esta compañía es impresionantemente rica. Pocas empresas han tenido escándalos propios de un culebrón. Pero la saga no termina. Ahora el grupo chino HNA ha hecho público un comunicado en el que expresa su gran preocupación por el acuerdo firmado entre NH y Hesperia, otra cadena que está en situación económica delicada y que es partícipe del capital de NH. De hecho, el presidente de Hesperia, José Antonio Castro, es vicepresidente de NH, lo cual no tiene una imagen muy envidiable. Según este acuerdo, NH se encargará de 28 hoteles de Hesperia en régimen de gestión, por lo que pagará 31 millones de euros en tres años.
El nuevo contrato entre Hesperia y NH tenía muchas posibilidades de generar tensiones porque no es habitual que una empresa cuyos accionistas están radicalmente enfrentados firme un contrato con la empresa de su segundo socio y con la hostilidad del primer accionista. Así pues, ahora son los chinos quienes arremeten contra NH y su actual dirección, lo cual vuelve a despertar las tensiones interminables en una cadena hotelera que, evidentemente, no debe continuar así si pretende recuperar su prestigio de marca.
¿Cómo puede un trabajador desarrollar sus tareas en una empresa cuyos accionistas están todo el día en los periódicos por sus enfrentamientos? ¿Cómo puede ser que todo el tiempo se estén arrojando sombras de duda sobre la honestidad de sus comportamientos? ¿Cómo una cadena puede definir un horizonte y diseñar una estrategia cuando aparentemente una de sus prioridades es gestionar los hoteles de uno de los accionistas?.
Que una de las empresas líderes de la hostelería de este país se encuentre así es, por supuesto, una pésima noticia, reveladora de muchas cosas en el tejido económico español.
Esto empezó ya hace más de 10 años y el legado Burgio.. compras y arrendamientos a precios imposibles, y cambios de dirección cada 2 años... de esos barros estos lodos... realmente era crecer y crecer que algo queda..
A NH hace tiempo le entro Cancer y ese cancer es precisamente Hesperia y todos los hesperianos que se han hecho hueco en la empresa y que poco a poco han ido acabando con el buen hacer de buenos profesionales pasados que siempre tuvo esa casa.
Hasta que no se marche el último de ellos no saldrá a flote pero conociéndolos seguro
Prefieren hundirlo antes.
el primer comentario es la verdad. Se están todavía pagando todas las malas gestiones del pasado y del pésimo equipo de expansion que tiene esta compañía. El Periodista no entra en el conflicto que generó la compra por parte de hna al comprarse una competidora como radisson. El conflicto es la razón por la que los accionistas votaron para que se fueran. La compañía sigue con lastres del pasado pero le aseguro que se están haciendo las cosas bien y no tirar el dinero como se hacía en el pasado. La diferencia es que ahora la compañía está para dar resultados y poder retribuir también al accionista y en el pasado estaba solo para que algunos ejecutivos se llevarán el dinero. El tiempo nos dará la razón.