El mundo contradice a la Cataluña turística

Los Gobiernos de Donald Trump, de Theresa May y de Angela Merkel coinciden en comunicar a sus ciudadanos que viajar a Cataluña es actualmente arriesgado. Es decir, la creme de la creme del mundo desarrollado: Estados Unidos, Alemania y Reino Unido. La embajada estadounidense, la Foreign Office británica y el Ministerio de Asuntos Exteriores alemán se han puesto de acuerdo durante la última semana en alertar a los turistas de sus países que viajar a Cataluña entraña peligros, como ha recogido preferente.com.

Las tres potencias son tres de los cinco principales mercados extranjeros para la región. En 2017 Francia se mantuvo como primer mercado emisor para Cataluña, con 4,5 millones de turistas, seguida de Reino Unido con 2,2 millones, Alemania con 1,6 millones, Italia con 1,2 millones y Estados Unidos con 1,1 millones. Cabe recordar además que el número de viajes de residentes del resto de España hacia esa comunidad se redujo en un 20,9 por ciento anual en los meses de noviembre y diciembre de 2017, pasando de 733.234 a 580.270, casi un 21 por ciento menos desde el referéndum ilegal del 1 de octubre.

Pero ante estos hechos, alertas de las principales potencias que son datos objetivos, la Cataluña turística se revuelve y dice que el desafío independentista está desvinculado de las bajadas del turismo. Por ejemplo, el director general del Gremio de Hoteles de Barcelona (GHB), Manel Casals, no cree que la imagen de Barcelona se haya visto afectada por el conflicto político causado por los colectivos separatistas. Contradice así a los gobiernos de los principales países del mundo desarrollado (EEUU, Alemania y Reino Unido alertan a sus turistas de los riesgos en Cataluña).

¿Cómo puede llegarse a eso? El caso de la patronal hotelera catalana no es el único dentro del sector turístico. También ha 'negacionistas' en las agencias de viajes. Hay que comprender que el acoso independentista les hace difícil expresarse libremente, so pena de ser señalados como 'fascistas'. La invasión de símbolos políticos en los principales espacios públicos revelan una creciente falta de tolerancia hacia el que piensa diferente (¿se imaginan plazas mayores de pueblos llenas de banderas del PP?).

Y hay otro factor, que es el de la realidad paralela, o el del universo paralelo como también lo llaman algunos. ¿Les parece importante para Cataluña que las tres grandes potencias occidentales emitan alertas sobre los riesgos para sus turistas de viajar a la región? Pues en los grandes medios de comunicación catalanes no hay ni rastro de esta información. Ni en la prensa independentista ni en la supuestamente no independentista. ¿Cómo no van a vivir en una realidad paralela?

Hace unos meses ningún país reconoció la independencia de Cataluña. Ninguno. Ni la Venezuela de Maduro. El independentismo se revolvió entonces contra el mundo, contra Occidente, contra Europa, por no reconocerles. "Europe Wake up" (Europa despierta) fue uno de sus lemas. En el negocio del turismo parece que ocurre lo mismo: el mundo también les contradice.