Conflicto muy grave entre Marruecos y Francia, por el anuncio hecho por el Quai d'Orsay (el ministerio de Asuntos Exteriores galo), de que viajar al reino alauita es peligroso. La crisis es gravísima porque las anulaciones de viajes de franceses a Marruecos están oscilando a lo largo del mes de octubre entre el 30 y el 50 por ciento, con un impacto profundo el turismo y la economía del país norafricano.
¿Qué le ha ocurrido al Gobierno francés para lanzar este aviso tan radical? El pasado 24 de septiembre, Francia vio conmocionada cómo un grupo radical islamista decapitaba a su conciudadano Hervé Gourdel. ¿Les parece comprensible la preocupación? Sí, si este acto hubiera tenido lugar en Marruecos. Pero es que tuvo lugar en Argelia.
Las diferencias entre Argelia y Marruecos en materia de seguridad son bastante claras: Argelia ha tenido un movimiento radical islámico (FIS) que protagonizó una auténtica guerra de guerrillas contra el Ejército del país, mientras que Marruecos ha sabido controlar este tipo de movimientos. Es verdad que ha habido algún acto violento en el reino de Mohamed VI, pero nada comparable con lo que había venido ocurriendo en Argelia y que, al parecer, no se ha erradicado completamente.
El Gobierno marroquí, como era de prever, ha puesto el grito en el cielo y ha desarrollado todas las acciones a su alcance para mitigar el efecto del pánico en Francia, pero ciertamente con un éxito moderado.
La lección para España es que nuestra competencia en el Norte de África tiene que lidiar con problemas muy difíciles de erradicar y que, queramos o no, nos convierten en un destino seguro y estable en un Mediterráneo convulso. Esto ya nos ha salvado más de una temporada y parece que aún puede volver a hacerlo en el futuro.
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