Empieza la guerra contra Canarian Airways

Durante dos días consecutivos, los periódicos del grupo Prensa Ibérica en Canarias, El Día de Tenerife y La Provincia de Gran Canarias, han titulado que Canarian Airways es una compañía carente de los medios para operar: afirma que no tiene licencia (sólo puede operar avionetas), que no ha sido aceptada en la patronal de las aerolíneas por este motivo. Las dos afirmaciones son correctas, pero totalmente normales, no merecedoras no ya de la portada sino de un hueco en páginas interiores.

Los dos periódicos publican la noticia por segundo día consecutivo como si Canarian Airways pretendiera volar sin la licencia, cosa que obviamente la propiedad debe de haber tenido presente por razones elementales: nunca jamás una aerolínea ha operado en Europa sin los permisos oficiales pertinentes.

Los dos periódicos informan con detalle de los datos jurídicos de la aerolínea: dice que su nombre societario es Lattitude Hub, la cual es propietaria de One Airways, con un administrador que es Óscar Trujillo. Se remarca que One Airways no tiene certificado de operador aéreo. 

Los dos periódicos, que destacan que el Cabildo de Tenerife es parte del capital (oficialmente ha aportado 700 mil euros), informa que la compañía empezará a vender billetes en marzo para volar en la segunda quincena de junio para Madrid, Barcelona, Bilbao y Vigo en España y para Múnich, Glasgow y Cardiff. 

Los periódicos remarcan que One Airways no dispone de local, ni despacho, ni mostrador reservado en el aeropuerto de Tenerife Sur, base de sus operaciones. 

Nada de lo que dicen los periódicos con amplitud de titulares es sorprendente: la compañía va a empezar a volar en junio. Es normal en algún caso obtener la certificación incluso el día antes de la primera operación. No sería la primera vez. Y también es normal que la aerolínea no tenga instalaciones cuatro meses antes de volar. Sería criticable que estuviera gastando dinero en locales cuando la operación puede ponerse en marcha sin ese gasto.

¿Por qué este despliegue, entonces?

La política canaria es así: llena de intereses no muy oscuros, en los que la prensa juega también un papel importante como ariete. Ha ocurrido en incontables ocasiones, pero sigue como siempre, en un ambiente de estercolero.

Evidentemente, el problema de Canarian Airways no tiene nada que ver con lo que denuncian estos periódicos, sino con el hecho de que en un mercado lleno de operadores, extremadamente competitivos, una compañía local, con una institución pública detrás, pueda llegar a ganar dinero que es de lo que se trata en la aviación. El supuesto de partida, que más o menos dice que las aerolíneas no quieren atender la demanda, perjudicando a Canarias por que sí, es el error de base. Pocos más que Jet2, Ryanair, Vueling o Air Europa saben cómo funciona la demanda, y pocos más que ellos quieren llenar aviones. 

Quizás el gran problema aquí sea la institución pública, a la que se la va a atacar por todos lados por su implicación, ciertamente disparatada, en este proyecto. Pero eso tiene que ver con qué papel creen las instituciones que han de tener las empresas privadas y cuál el sector público. Pensar que el Cabildo tinerfeño pueda abrir la boca sobre el precio de un billete de avión en Canarian Airways abre la puerta al conflicto político. 

Baste ver estos ataques para entender que un socio político es un obstáculo, nunca un apoyo.