Estos días, el sector de los viajes y el turismo está reabriendo en toda Europa. También en Italia. Pero en este país empiezan a darse cuenta de que hay un gran cambio respecto a lo que ocurría antes de la pandemia: ahora el mercado de la aviación italiano está aún más en manos de las compañías low-cost. El 67 por ciento de los vuelos interiores italianos los controlan las low-cost, cuando en Europa esa cifra media es del 40 por ciento.
Pero yo no quería hablarles de estas cifras sino del comentario ciertemente curioso de Franco Gattinoni, el presidente de la red de agencias de viajes Gattinoni. Entrevistado por un medio del sector, Gattinoni explica que el crecimiento de las low-cost tiene lugar porque “como no tienen competidores, las aerolíneas de bajo costo hacen lo que quieren”. Añade que en Italia “hemos dejado todo en manos de personas que solo piensan en la ganancia y no en el bienestar del sector”. Me interesan las dos afirmaciones porque son peculiares: las low-cost, “como no tienen competidores […] hacen lo que quieren”. Es que las compañías tradicionales de bandera, cuando no tenían competidores, ¿no aplicaban los precios que querían? Yo no sé Gattinoni, pero en mi modesta impresión, Alitalia, Iberia o Air France, hace treinta años hacían lo que querían y si no nos gustaba, al tren (que por cierto, tampoco dejaba de hacer lo que quería hasta ahora).
La segunda afirmación de Gattinoni dice que las low-cost están “en manos de personas que sólo piensan en la ganancia y no en el bienestar del sector”. ¿En el bienestar del sector piensa Alitalia cuando tiene huelgas con una frecuencia mensual? ¿Los brahamanes de la aviación, cuyos salarios son aberraciones, no piensan en sus ganancias y sí en el bienestar del sector? ¿Los controladores que viven haciendo huelgas piensan en sus ganancias y sí en el bienestar del sector?
Incluso yo le preguntaría a Gattinoni si las compañías de aviación han devuelto el dinero de los viajes reservados antes de la pandemia “pensando en el bienestar del sector” o tal vez “en sus ganancias”.
Cada uno recuerda lo que quiere recordar y lo adereza con la salsa que le interesa.
Por eso algunos recuerdan lo que creen era inamovilidad de las antiguas compañías de bandera pero olvidan que ya no son públicas desde hace decenios y que cuando lo eran estaban obligados a cosas de las que ahora llaman low cost no tienen. Por ejemplo algo tan simple como atenerse al procedimiento administrativo legal para contratar o mantener líneas deficitarias pero de interés público.
En fin que ahora los italianos estarán satisfechos por haberse deshecho de una empresa que entre otras cosas tenía obligaciones de ese tipo. Ahora para celebrarlo solo tienen que ir a otros países para hacer las conexiones de largo recorrido y dar las ganancias a las empresas de esos terceros países. Se han cargado la aviación italiana y se han quedado con los servicios aéreos propios de republica bananera dependientes de compañías extranjeras que solo irán a darles servicio si tienen beneficio.
Las agencias de viajes de este señor son tan generosas que no piensan en ganar dinero, solo da un servicio. y se ha quedado tan ancho.