Espectacular: los técnicos de la ponencia que debe dictaminar el valor histórico del Oasis de Maspalomas, que ahora debe ser estudiado por el Consejo del Patrimonio, han decidido, por unanimidad, no declarar Bien de Interés Cultural el lugar, oponiéndose así a la petición del Cabildo insular que preside Bravo de Laguna. La petición del Cabildo iba acompañada de un sinfín de informes que no han sido tenidos en cuenta.
La decisión ha causado un enorme revuelo en el archipiélago, cuando en realidad debería haber sido un trámite normal. ¿Por qué? Pues porque aquí hay dos conflictos a la vez, a cual más truculento, como es habitual en la vida canaria: por un lado, el tradicional lío entre populares y Coalición Canaria, con el trasfondo de las luchas entre Tenerife y Gran Canaria, siempre trufado de parcialidad, sentimentalismo, etcétera; pero por otro está el proyecto del hotel Riu para la zona. Si el Oasis es declarado Bien de Interés Cultural (se aduce que Colón paró en el Oasis antes de seguir su viaje para América), entonces el hotel no se podrá hacer. ¿El PP en contra de la construcción de un hotel? No, el PP en contra de fortalecer la competencia para la empresa Lopesan, que tiene grandes lazos con este partido y que se opuso frontalmente al hotel.
Así, pues, ya ven el tremendo lío: por un lado, intereses puros y duros de si edificar o no un hotel, con la prohibición surgida de prisa y corriendo mediante una declaración de Bien de Interés Cultural que, antes de la iniciativa de Riu no estaba reconocida y, en segundo lugar, el tono épico con el que se decora la realidad, mediante apelaciones a la historia, los valores más profundos de Canarias, etcétera.
El 24 de julio, nuevo capítulo, cuando se reúna el Consejo de Patrimonio.
¡Que pena! ¡Cuanta mierda oliendo y expuesta descaradamente!
Interes político empresarial puro y duro, no hay que ser muy listo para verlo.Lo realmente triste es que se utilize el manido pleito insular por parte del presidente del cabildo de Gran Canaria para protejer dichos intereses.