La naranja mecánica, en peligro

EasyJet es el ejemplo: ha creado una low cost que no tiene fisuras. Ha encontrado el nicho perfecto, lo ha gestionado con maestría y está ganando más dinero que sus rivales. Un modelo de éxito.

Sin embargo, la máquina perfecta empieza a sufrir probablemente por su éxito. El personal de cabina amenaza con huelgas a lo largo de este verano, una vez que las negociaciones para el convenio con la empresa están empantanadas.

Parece que es el destino de los proyectos de éxito: se consolidan y entonces la parte social empieza a exigir y aquello entra en barrena. Les ha pasado a todas las compañías líderes.

Es pronto, sin embargo, para anunciar esto en la compañía de Luton, pero el tema está muy emponzoñado. La empresa ha ofrecido un aumento salarial del 4,1 por ciento, bastante por encima de la inflación. Sin embargo, los sindicatos han rechazado la oferta y han anunciado que votarán hacer paros. El motivo que está detrás son las retribuciones bastante elevadas de la dirección. La de la directora general, Carolyn McCall, asciende a unos 7,7 millones de libras anuales, con aumentos bastante superiores a los de la tripulación. Mientras, en cabina los salarios, incluidos todos los complementos, son del entorno de las 25 mil libras. Es mucho más que lo que se lleva en España, pero la tripulación está muy enfadada por las distancias abismales.

La compañía cree que va a poder mantener la operación todo el verano, pero los periódicos –sobre todo los amarillos– no han dejado pasar la oportunidad de hacer un poco de alarmismo. Ya lo saben: millones de ingleses podrían ver sus vacaciones estropeadas por culpa de las huelgas convocadas en la compañía...