Locos por las medallas

La consejera de Turismo de Canarias, María Teresa Lorenzo, ha derrapado: en un comunicado emitido a los medios, ha dicho que la llegada masiva de turistas que ha tenido lugar en Canarias en este verano –y que continúa– no se debe a que haya otras regiones en crisis por problemas internos, sino a "un trabajo bien hecho" por parte de su gobierno. Sólo le faltó pedir un aumento de sueldo, como consecuencia de tan brillante actuación.

Vamos a ver: es absolutamente cierto que Canarias, como otras muchas regiones españolas, no ha hecho nada incorrecto como para ahuyentar a los turistas y que ha sabido aprovecharse de la oleada. Incluso, podríamos admitir la posibilidad de que este año hubiera habido en todo caso una variación de turistas al alza. Pero jamás, nunca jamás, ni Canarias ni muchas otras zonas turísticas españolas habrían tenido la demanda de la que han disfrutado, si no hubiera habido los tremendos problemas que han dejado a Túnez y Egipto casi sin turismo y a Turquía con la mitad de lo habitual. Especialmente el dato turco es clave. Simplemente porque es imposible, porque no hay precedentes, porque con un ajuste de precios tendería a equilibrarse.

Ni la consejera Lorenzo bailando tangos, ni todo el Parlamento Canario haciéndose selfies en la boca un volcán, habrían conseguido jamás el desvío masivo de turistas que tuvo lugar este año y que, dado que la inestabilidad en los países de cultura musulmana persiste, parece que continuará en el futuro.

Es cierto que España, y Canarias en particular, estaban esperando este turismo, y que no se han cometido errores a la hora de acogerlo. Pero decir como sugiere la consejera que ha habido más turistas porque su gobierno ha fomentado la conectividad, es simplemente no entender que no hay ni una aerolínea dispuesta a poner un avión, ni siquiera una avioneta, si no tiene la certeza de que se va a llenar. Y eso, con los datos del verano pasado y la realidad turca presente, era bastante obvio. Lo demás son batallitas por medallas.