Preferente publicó recientemente una noticia que seguramente no provocó ni siquiera una mínima reflexión en la mayor parte de los lectores. A mí, sin embargo, me parece interesante de analizar: Malta ha conseguido este mes de enero de 2020 nada menos que 200 mil turistas, la misma cifra que tuvo en agosto de 2010, pleno verano. Es decir: Malta ha acabado con la estacionalidad… salvo que ahora en verano ha duplicado su número de visitantes.
Dos comentarios que me merecen la atención:
Primero, pensando en Menorca, en Mallorca, en Ibiza, en Salou, en Benidorm o en tantos lugares de nuestras costas turísticas: es posible captar en invierno muchísimos más turistas que los que tenemos. Ese incremento podría tener lugar sin inversión en infraestructuras dado que ya tenemos los hoteles y los aeropuertos para atender esta demanda. Se trata simplemente de que optimicemos lo que hemos construido. ¿Cómo se hace? El ejemplo lo da una isla minúscula que nos está dando una lección. Y quizás pase también por la sede que Ryanair ha instalado en la isla.
Y segunda reflexión que me parece igualmente importante: el impacto ambiental del turismo. Observen que nuestro medio natural, que en invierno tenía un cierto relajamiento en la presión, ahora está acosado doce meses al año. Es el caso de Malta, pero también el de tantos otros lugares que han visto cómo su volumen de turismo se ha duplicado en los últimos quince años. Podemos hablar lo que queramos de sostenibilidad, pero el planeta no puede soportar que los siete mil millones de habitantes nos tomemos vacaciones viajando en avión. Y vamos hacia allí si nada lo remedia.
Ahora solo queda que analice lo que ha hecho Malta para esa subida tan importante de turistas en invierno. Sería muy interesante que diera alguna idea, además de ofrecer el dato.
Las Islas Baleares viven gracias al verano pero sobreviven gracias al invierno. El ritmo del verano mantenido a lo largo de todo el año sería una tragedia para las islas. Saturación continua, más emigración, carreteras colapsadas... Sería horrible. Ya basta con tener el cartel de "Completo" 8 meses al año. Dejen que descansemos un poco, por favor.
Hay una pequeña diferencia, o al menos a mi me lo parece, Malta tiene un fenomenal patrimonio que enseñar en verano y en invierno, mucho más tranquilamente fuera del verano, además de playas (bueno, eso es un decir, entendiendolas como grandes arenales). Ahora, la pregunta es ¿que ofrece Salou, Benidorm, Benicasim y otros tantos sitios de sol y playa, aparte de lo obvio?, y por si fuera poco hay montones de vuelos de la compañia aerea que todos conocemos desde todo Europa a precios razonables.