El presidente de Iberia anunció en Montevideo, con motivo de la reapertura de los servicios a ese país, que su empresa estudia trabajar conjuntamente con Renfe en la oferta de productos avión+Ave. Según Luis Gallego, el objetivo es que viajeros de largo recorrido enlacen con trenes de alta velocidad a su llegada a Barajas, para llegar a su destino final. La idea es fenomenal, sólo que tiene algunos problemas de gran calado.
El más importante es que en este país hasta Cuenca tiene Ave, pero no Barajas. Ni Sevilla. Ni Barcelona. Ni Bilbao. O sea que tenemos un problema de planificación que es demoledor. Es solucionable, pero alguien debería dar explicaciones por tamaño dislate. Con más visión, la Generalitat catalana exigió en su momento que el Ave a Barcelona tuviera una parada en El Prat, porque eso potenciaría este tipo de enlaces.
La idea de Iberia es fácilmente visible: usted hace un viaje de Sudamérica a España y al llegar a Barajas puede enlazar a destinos como Lérida, Zaragoza o Valladolid, con bastante comodidad. Iberia gana porque sus pasajeros ven simplificada su operación y Renfe también porque reemplaza al coche en trayectos cortos.
He titulado este artículo "Nos basta con copiar" porque esto no es nuevo, ocurre en muchos aeropuertos importantes europeos. Ya hace años que casi todas las nuevas líneas de alta velocidad se planifican con enlaces a los aeropuertos importantes, precisamente para facilitar este tipo de servicios.
Entonces, todo nos conduce a preguntarnos ¿quién fue el torpe que no contempló Barajas entre los enlaces del Ave, y sí Extremadura, Almería o Galicia, donde apenas hay viajeros? Está claro que en el primer caso se beneficia a los usuarios mientras que en el segundo a las máquinas políticas que conquistan votos en las elecciones, o sea alcaldes y presidentes autonómicos.
Algo serio nos falla en este país, como es evidente.
Estoy totalmente de acuerdo con usted. El AVE tenía que haber llegado a Barajas, especialmente a la T4, desde que esta terminal se hizo costando más de 6.000 millones de €. Dicen que por cuestiones de presupuesto no se hace llegar al AVE al aeropuerto de Madrid, cuando sólo cuesta unos 150 millones de €, cantidad irrisoria a la corrupción que impera en este país. 150 millones que generarían luego MUCHOS MUCHOS MUCHOS más, muchos puestos de trabajo más y más tráfico aéreo en uno de los hubs más grandes de Europa. Si nuestros políticos no saben cómo hacerlo, solamente tienen que coger un vuelo de 2 horas, ir a Alemania y reunirse con el Deutsche Bahn y los responsables de los aeropuertos de Frankfurt o Munich.
Hay multitud de ejemplos de rivalidades atávicas entre sectores que hoy no tienen sentido.
Iberia y Renfe nunca tuvieron ganas de unir sus fuerzas. Pensaron que solo reportaría complicaciones a políticos y gestores porque ni el cliente ni la información (e-ticket) estaba preparados; en ese caso era mejor tener negocios totalmente separados.
Esto ha cambiado y veremos muchas más colaboraciones en el futuro de todos los medios de transporte, incluyendo taxi y coche particular con aparcamiento de larga estancia porque el cliente sabrá apreciar el valor que le aporta una solución integral de transporte de su punto de origen a su punto de destino incluyendo equipaje.
Pero en España ya habíamos inventado algo parecido. Recordemos que en tiempos de las películas de Cine de Barrio los autobuses de Iberia enlazaban Barajas y la Plaza de Neptuno, donde se podía facturar y recoger el equipaje. Ese enlace era muy conveniente para los que vivían en el centro de Madrid pero también para los que llegaban o salían en tren por la estación de Atocha.