Le llaman 'postureo': consiste en simular una postura cuando en realidad no se piensa aquello que se aparenta. Probablemente esta es la situación hoy de la dirección de Ryanair: aparentar que las convocatorias de huelga –hay dos en marcha y una votación para una tercera en breve– no van con ellos, que no les preocupan. Pero, mientras, deben de estar temblando.
En realidad, es un juego a todo o nada. Si Ryanair entrara en la dinámica de conflictos laborales, si se comportara como cualquier otra aerolínea, su gran flexibilidad operativa que le permite tomar decisiones ignorando a su plantilla y sus costes tan reducidos dejarían de beneficiarle. No, no es que vaya a cerrar, porque la compañía está muy bien gestionada, pero no sería lo mismo. Si, en cambio, consigue que sólo sean unos pocos quienes se sumen a la protesta convocada este viernes o a las siguientes, entonces habrá salvado su modelo y los compañeros de los afectados verán que no vale la pena la acción sindical.
Es un momento crítico. La compañía está usando todas sus armas, sin disimulo. Incluso intentando que se sepa que se va a vengar de quien acuda a los paros. Pretende diluir la protesta, que esta parezca ajena y seguir como hasta ahora.
No hay ningún otro caso en Europa comparable. Todas las empresas, sobre todo las de su tamaño, tienen trabajadores organizados, tienen interlocución crítica. Pero es que tampoco hay ningún otro caso en Europa comparable a Ryanair en rentabilidad y bajos costes. Es decir: todo es un mundo extraño, insólito.
Este viernes empezaremos a ver lo que no conocíamos. Y después viene Portugal y, tal vez, después Irlanda. Ryanair se juega nada menos que la estabilidad de su modelo. Con sindicatos, con negociación, con la participación social, tendrá beneficios, será rentable, pero es dudoso que sea una aerolínea tan escandalosamente productiva que hasta supera a las farmacéuticas en su capacidad de generar dinero. Eso es lo que O'Leary y sus accionistas están jugándose.
Ya va siendo hora, que una empresa Europea como es Ryanair, se comporte acorde al S. XXI. Confío en que el personal no se deje amedrentar por los comentarios y "venganzas" que dicen que llevará a cabo su presidente hacia estos...me parece ridículo y vergonzoso que tenga la desfachatez de decir que el personal que secunde la huelga tendrá represalias...Increible!