Por qué el verano se retrasará

Leí atentamente las diversas entrevistas que dio el embajador británico en España; he leído, con igual cuidado, lo que ha dicho el ministro de Transportes, Grant Shapps; e igualmente he mirado con detenimiento la situación de la epidemia en Gran Bretaña, para adivinar qué ocurrirá esta temporada en España (estamos hablando del primer mercado emisor de turistas, lo cual es muy importante).

Algunas conclusiones a las que se puede llegar fácilmente: 

Primera: parece que sí, las islas, tanto Canarias como Baleares serán analizadas separadamente del continente, de la Península por parte de las autoridades británicas.

Segunda, no hay posibilidad alguna de que la Península obtenga el acceso libre, con lo que Benidorm, la Costa del Sol o la costa catalana (Salou), tienen pocas posibilidades de empezar el verano antes de julio o incluso de septiembre.

Tercero, respecto de las islas, yo hoy diría que, siendo analizadas separadamente, no serán incluidas en la lista de zonas en verde, lo cual puede ocurrir (puede) en junio de cara a julio y meses siguientes.

¿Por qué? Quien decide qué territorios están en cada lista no serán los políticos sino un comité científico denominado JCVI (Comité Conjunto para Vacunaciones e Inmunizaciones). Ya se ha dicho que la decisión se adoptará a partir de un conjunto de factores, pero hay uno clarísimo: número de vacunados, que no deberá ser inferior al cuarenta por ciento, cuando en Baleares y en Canarias estamos en el entorno del veinte por ciento y, segundo factor, control de las variantes y mutaciones, que no es muy brillante, aunque podría ser peor.

Para entender mejor lo que estamos diciendo, es importante comprender que hoy, un inglés no puede verse en la casa de un familiar, pese a que apenas hay 24 casos por cien mil habitantes. No están abiertos los interiores de los bares, por ejemplo. Es decir que su sacrificio para el control de la epidemia es muy grande como para estropearlo por las vacaciones. Nunca se lo permitirían.

Yo no creo que, al menos en mayo, podamos tener turismo salvo marginalmente, salvo por parte de aquellos que acepten al volver un confinamiento de diez días y varias pruebas PCR. O sea, no tendremos turismo, al menos hasta julio.

Esto no es una condena divina, este es el resultado de no vacunar suficientemente, lo cual es la consecuencia de no comprar vacunas por nuestra cuenta. No hay más. Países y territorios con poder adquisitivo muy inferior al nuestro han resuelto el problema con más eficacia.

No hay más. El precio de esto será caro.

Sin embargo, creo que a nada que no cometamos más torpezas, desde mediados de julio podremos tener turismo británico, al menos. El mercado alemán va por otro lado, aunque yo tampoco sería mucho más optimista, vistas las cifras que se manejan. 

La conclusión es que en el mejor de los casos la España peninsular habrá perdido la mitad de la temporada y la insular, al menos un treinta por ciento, pero al menos se podrá salvar una parte. Esperemos que el control de las variantes lo permita, porque este es otro punto que no tenemos muy sólidamente vigilado.