Frecuentemente el nombre de Michael O'Leary, el máximo responsable de Ryanair, está asociado con bufonadas. El mismo, con su trayectoria, se ha generado esta situación que en algunos momentos lleva a no tomar en consideración algunas reflexiones que, en contra de lo que esta imagen sugiere, pueden ser de interés.
Recientemente, O'Leary dijo que quería que se prohibieran las huelgas de los controladores aéreos en Europa. En realidad, como ven, conserva un poco de su exageración y tendencia a la hipérbole. Pero, quitando los excesos, la reflexión es bastante válida. ¿Contra quién van originalmente las huelgas de los controladores en Europa y, al final, quién las termina pagando? La pregunta es importante, porque denuncia una injusticia totalmente evidente.
Las huelgas, por razones laborales obvias, van contra los estados que son los titulares del control aéreo de los diversos países de Europa, ocasionalmente gestionados de forma directa o, como en España, a través de un organismo público paralelo. Pese a que las huelgas están dirigidas a los empleadores, las víctimas no son estos, que habitualmente sienten una inequívoca y mal disimulada indiferencia ante estas protestas, sino las compañías aéreas y en última instancia los viajeros.
Ya estamos que estos últimos no interesan a nadie y que no tienen ni voz ni voto en nada. Son los que pagan, pero en un continente como Europa, dominado por la burocracia, esto no significa nada. En cambio, quizás las aerolíneas puedan hacer oír su voz, porque ellas tienen que asumir la mayor parte de las consecuencias de las huelgas. Lo mínimo que les pasa es que han de dejar aviones en tierra. Lo máximo, que intentan evitar a toda costa, es que han de pagar alojamientos a sus viajeros, con unas repercusiones económicas que no tienen proporción alguna con los precios actuales de los billetes aéreos.
¿Por qué nadie intenta racionalizar esta situación? Si las huelgas son contra el empleador, este deberíaser el único afectado. De lo contrario, terminaremos teniendo quepagar más caros los billetes de avión al efecto de poder financiarlas consecuencias de protestas de este tipo, cuyos destinatariosestán muertos de risa.
Buena reflexión... sin embargo O´Leary creo que es el último que debe opinar en cuestiones laborales. Tiene a sus trabajadores contratados con TODAS las trampas que la globalización le permite. Desde pilotos "autónomos" a contos a través de ETTs para evitar que protesten por unas condiciones laborales paupérrimas y que REVIENTAN a las compañías que "respetan las reglas del juego laboral". Es en una palabra un autentico PIRATA del aire cuya compañía solo recauda el 33% de sus ingresos por los pasajes, el 25% en comisiones por "servicios adicionales" (alquiler de coches, hoteles, billetes de bus, etc.) y el resto por abrasar a los pasajeros por que no traen tarjeta de embarque impresa (50 E), equipaje de mano 1 cm mas ancho (50 E), etc. Efectivamente Aena/Enaire debe pagar las consecuencias de su política laboral.... pero por favor no me hablen de O´Leary y Ryanair.
Estoy de acuerdo al cien por cien con Antón.Y añado más.
O'Leary - un verdadero especimen empresarial - ha establecido una dinámica en su empresa que no es de recibo en los negocios, ni laboralmente, ni a nivel operativo tanto de aeronaves como a los efectos de control aéreo. Además de sus ocurrencias en cuanto al acomodo del pasaje en el avión como si se tratara de un autobús,de un supuesto ahorro de combustible bordeando la emergencia, de mal pagar a sus pilotos y azafatas, ahora se descuelga con la prohibición de huelga de los controladores aéreos. Otra majadería del histriónico millonario