Es definitivo: no tenemos remedio, no aprendemos. Estamos en pleno siglo XXI y en España cada uno va a su aire, sin coordinar nada con los demás. Es una pena el dinero que tiramos, para mayor gloria de los alcaldes que carecen de criterio, de lógica y de norte. Y con la complicidad de las autoridades nacionales y autonómicas que no han creado manuales para que en este país no vaya cada uno por su lado.
Vean este ejemplo que es eso, un ejemplo mínimo pero absolutamente representativo. El municipio mallorquín de Capdepera ha decidido presentar su propia señalización para indicar qué es cada edificio de importancia en su término. La iniciativa no es necesariamente negativa, salvo que carece de todo punto de conexión con lo que hacen los demás municipios. O sea, un turista que está en Capdepera puede ver esa enorme 'I' de información en estos paneles de color verde pero, de pronto, sin darse cuenta, entra en el municipio vecino y no verá carteles; y si pasa al tercer municipio, verá que los carteles tienen un punto rojo, y en el cuarto, son de fondo azul. Todos con un slogan municipal con tonterías “tu municipio amigo” o “cada vez más cerca”, que dan ganas de exiliarse. Cada uno tiene una tipografía, cada uno con su diseño, pagado a precio de oro a algún amigo 'de los nuestros' que seguramente explicó al alcalde que con eso, diez puntos más de apoyo electoral.
Hay algunos lugares en Menorca, en los que en quince metros hay cuatro carteles diferentes indicando lo mismo: el del municipio, el del Ministerio de Medio Ambiente a través de la dirección de Costas, el del Consejo Insular y el del Gobierno autonómico, todos radicalmente diferentes, todos indicando el nombre de un torrente.
Por supuesto, nadie se encarga del mantenimiento de esa cartelería, de forma que cuando el viento derriba una señal, ya nunca nadie más la repone. En algunos lugares de España quedan restos de señales hasta de los años sesenta, porque aquí nadie quita lo antiguo, sino que eso se desintegra sin cuidado alguno, gracias a los temporales o al vandalismo.
Hay lugares en los que un aparcamiento se señaliza así: “Aparcamiento”; en otros, el ayuntamiento pone un folio con la palabra en catalán. En algunos más sólo hay una flecha. Y en unos pocos casos se pone un rectángulo azul con una P en blanco, que da la casualidad que es la misma señal que tienen todos los países del mundo. Pero esto es excepcional, insólito. Lo nuestro es la creatividad, es improvisar, es el folio con rotulador chorreante.
Uno podría aceptar que en los sesenta y setenta existiera este desorden porque entonces estábamos en hacer dinero y no en buscar ni la calidad, ni el cuidado, ni el cliente. Pero han pasado décadas, nuestros alcaldes hasta puede que hayan viajado, y a día de hoy deberían haber entendido que es importante homogeneizar la señalética, para que el viajero se acostumbre, se familiarice, se identifique.
Este es otro factor de calidad en el turismo. Pero su alcalde preferido le contestará que sí, que para eso ya pone en el cartel que su municipio es “de calidad”. Y tan pancho.
El tema tiene "mandanga". No solo faltan criterios que integren. No hay normativa de País (imagen e información) sino que cada municipio, provincia, Autonomía campa por sus respetos como si fuera un "Reino de Taifas". No solo falta SENTIDO COMUN: sobra "provincianismo" y "alcaldadas" (sin contar con la falta de sensibilidad estatal)
VEAMOS:
*carreteras: señalización insuficiente, mal situada o tapada ¿Quién no ha tenido un susto o -lo que es peor- un "quasi" accidente por esta causa?
*información:¿porque las regiones/ciudades, con dos lenguas, no rotulan la señalización-información en idioma castellano y propio? ¿no seria lógico que el visitante se oriente fácilmente? (a no ser que se quiera "informar" solo a los del lugar o crear obstáculos a quienes nos visitan)
Ya ven: como muestra "un botón"
Si hay que aprender como debería actuarse en este sentido BASTA CON MIRAR LOS PAISES DE NUESTRO ENTORNO. ¡No pasa nada con copiar lo que vale la pena visto que no somos capaces de hace ciertas cosas como se debe!