Temblad viajeros

Los ministros del Interior de los países europeos que integran el tratado de Schengen, España entre ellos, se han reunido en París para endurecer los controles en busca de radicales musulmanes. Temblemos. Si la última vez que hicieron un gesto ante los medios de comunicación prohibieron a los viajeros subir a un avión con agua natural embotellada, ahora, con la necesidad de demostrar que se enteran de lo que tienen entre manos, pueden acordar que nos cortemos el pelo a cero antes de pasar por un aeropuerto.

No dejen de observar el detalle: para adoptar medidas de seguridad de las de verdad, se reúnen el mismo domingo de la manifestación. La necesidad de decirle a los medios de comunicación les puede. ¿No habría sido más conveniente, se me ocurre, esperar una semana a que las policías de los respectivos países hicieran un informe con sugerencias sobre qué hacer? ¿No hubiera sido más recomendable reflexionar un poco sobre qué es lo que se pretende?

¿Qué acordaron pues, de forma tan urgente? Ahora dicen que quieren que haya listas de los pasajeros de los aviones. ¿Pero no hace ya unos cuatro años que las compañías aéreas nos piden todos los datos porque según un acuerdo de estos mismos ministros, los listados de pasajeros se les remiten a los países receptores de los viajeros? ¿No están en vigor esas listas? ¿Para qué, si no, damos los datos detallados? Yo recuerdo que días después de que se acordara ese envío de estas listas, España dijo que estaba preparada, y que ya podían mandarse los listados. Los demás países tardaron bastante más, porque decían que no era sencillo hacer que todos esos listados llegaran a donde tenían que llegar, y que fueran analizados como toca. España, al parecer, no les dijo dónde estaba la papelera donde se vierten estos datos porque, lógicamente, nunca pudo haber tiempo de implementar estos controles. En todo caso, años después, nadie puede viajar en avión por Europa sin dar todos los datos que se supone están en poder de las autoridades. Los mismos datos que parece que ahora aprueban que nos volverán a pedir.

En todo caso, la idea es reforzar el control de fronteras exteriores de Schengen. Yo, humildemente, me atrevería a decirle al ministro español que no tiene que reforzar nada. Reforzar quiere decir “incrementar”, “perfeccionar”, “mejorar”. Pero no, seamos sinceros, en España no hay control de fronteras. Hay un simulacro que sólo es efectivo cuando saben de antemano que viene alguien problemático. Yo viajo fuera de la zona Schengen casi cada mes y en los últimos cinco años ni una vez mis datos fueron introducidos en un ordenador para ser comprobados. Incluso, en muchos casos, el policía de guardia ni siquiera toca con sus manos mi documento identificador. Lo ve de lejos, a lo que responde con un movimiento de la cabeza. Yo siento mucha pena al ver en las colas a ciudadanos de otros países reírse de nuestra pantomima. Y creo que los propios policías también querrían hacer algo que fuera serio y responsable. Pero es lo que hay. Hacemos como que hacemos.