Un político más

El vicepresidente del Gobierno de Baleares, Biel Barceló, ha explicado en una emisora de radio que hay que limitar la llegada de turistas a las islas, debido a su impacto ambiental y a que saturan las zonas vacacionales. La afirmación del vicepresidente tiene que ser escuchada y analizada no por su coherencia sino porque quien hace esta aseveración es, además, consejero de Turismo de Baleares.

La propuesta, si fuera en serio, merece ser estudiada porque, francamente, hay muchos motivos para contemplar alguna acción en este sentido. Sin embargo, no creo que el vicepresidente de Baleares sea capaz de ir más allá que hacer una afirmación al aire, sin más.

Pero el asunto tiene enjundia. Lógicamente, las zonas turísticas maduras deberían tener menos turistas, pero con un precio superior. Eso conllevaría una reducción de la oferta de plazas a la vez que un incremento de su calidad. Igualmente, esto pasa por ampliar el periodo de apertura de los hoteles, de forma que con la misma oferta o incluso con menos se pudiera mantener un ingreso turístico total significativo.

¿Esto es lo que piensa el vicepresidente? Ojalá fuera así. Pero no es el caso, desde el momento en que el impuesto turístico creado por su gobierno, lo único que ha hecho hasta ahora, carece de toda vinculación con la oferta, con su calidad o con el impacto ambiental que genera.

Incluso más incoherente con la reducción del número de turistas es la postura del Gobierno del que forma parte que es aparentemente favorable a los apartamentos turísticos, lo cual podría suponer una ampliación de la oferta superior a la tercera parte de lo actualmente existente. ¿Hablamos de reducir el número de turistas y al mismo tiempo legalizar los apartamentos que hoy ya se han implantado ante la pasividad de la Administración?

En otras palabras: o las acciones dicen lo contrario o lo que ha hecho el vicepresidente es dar unas declaraciones que quedan bien en los medios pero que carecen de toda sustancia. Parece un político más.