Hay tantos aeropuertos en Europa como políticas para prevenir la expansión del coronavirus. (Si pensamos en los cinco continentes, el caos simplemente se multiplica.)
Vean: hay algunos países que hacen una prueba rápida del virus antes de embarcar, por 90 euros; otros, en cambio, al llegar dejan que el viajero se vaya a casa pero tiene que hacerse la prueba y si sale positiva se la llevan a su casa y le obligan a encerrarse; en Islandia la prueba es obligatoria, pero gratuita; en España, hoy, hay que encerrarse quince días en todos los casos. También en Gran Bretaña, aunque la policía dice no comprobar que la gente cumple la exigencia. La OACI –y desde ayer Gran Bretaña-- exigen que no se lleve equipaje de mano a bordo. Algunas aerolíneas dicen que mejor que no lleven equipaje en bodega. En algunos aeropuertos se han gastado un dineral para hacer controles de temperatura, pero otros dicen que eso no sirve para nada.
Los turistas que vienen este fin de semana a Baleares habrán sido objeto de un chequeo de su situación sanitaria por teléfono, pero en Canarias quieren una prueba como toca. Sin embargo, ayer la Unión Europea dijo que cada país tendría que respetar la apertura de las fronteras interiores europeas, sin ninguna restricción, desde el 15 y las exteriores desde el 1 de julio. Los austriacos no dejan entrar a los italianos, pero los alemanes y suizos, sí.
Todo esto, como ven, es bastante caótico. Decía el presidente de WizzAir que él no recuerda que dos países de los más de cincuenta a los que vuela su compañía aplique los mismos métodos de control de la epidemia.
Lo más divertido es que todos, absolutamente todos, dicen que hacen lo que hacen porque se lo dice la ciencia. De lo que se demuestra que hay científicos para todos los gustos.
Ayer mismo, uno decía que su gobierno había tardado en aplicar las medidas de prevención. El periodista que lo entrevistaba le replicó cómo es posible que diga esto cuando él mismo y sus compañeros dijeron al gobierno que debía retrasar la toma de medidas. La respuesta, colosal: ellos sólo asesoran, pero no son responsables de las medidas.
Qué lío.
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Ellos montan el circo, los payasos actuamos gratis y más pobres.
Lo que ha omitido decir el comentarista es que la Comisión no tiene potestad para decididr si las fronteras se abren, se cierran, o se pintan con monigotes rosas o verdes y no la tiene porque los estados que formamos la UE tienen decisión plena para suspender temporalmente Schengen o cerrar o limitar con uno o más estados miembros. Y solo hay que remitirse a los cierres de fronteras que ha habido, desde los primeros como la República Checa con todos sus vecinos, como Austria con los italianos, como los daneses con Alemania. Y ya de paso, los austríacos si permiten el acceso a italianos, igual que a españoles y otros, solo que exigen un certificado emitido en los cuatro días previos al país de que el interesado está libre del virus, y si llegas por avión y no lo tienes tienes dos opciones el PCR a tu coste o cuarentena obligatoria.
La primera que tiene que ponerse las pilas es la querida AENA. empresa que se está forando siempre. controles en las llegadas a precio asequibles o gratis. El pasajero que espere un poco y salga con los resultados en las manos.
Los hoteles y los ciudadanos de este país intentamos controlar los riesgo al maximo
pero que va hacer AENA... cayaditos como siempre....
Sì. Me temo que al final las tan cacareadas medidas sanitarias, protocolos, etc. bien podrìan parecerse a una estafa.
Por lo que se lee, no es de recibo el habernos hecho colgar las llaves, para ir a la nueva normalidad con este circo.
No se salva ni Europa, ni la OMS, y mucho menos nuestra querida España.
Estoy expectante con la prueba piloto del pròximo lunes en Mallorca anunciada a bombo y platillo, donde parece que la aceptaciòn se basa en un chequeo telefònico. Vaya una medida, no les parece ???
Queda claro que el hambre con las ganas de comer se puede transformar es una pareja peligrosa.
En resumen un lio de circo. Saludos