Este fin de semana ha sido catastrófico. Cada minuto que pasa nos enteramos de noticias inimaginables hace cinco días: parálisis de toda la flota de SAS, aislamiento de Alemania por carretera, cierre de las fronteras polacas, prohibición de acceso a los turistas españoles en Portugal, paralización del 90 por ciento de las flotas de compañías como British Airways o del 75 por ciento en American.
No hay empleado del sector turístico español que cuando le llama su jefe no se espere lo peor. Ayer, un alto ejecutivo me explicaba que no sabe cómo explicar los despidos que se avecinan cuando, apenas hace dos meses nadie soñaba con una crisis así. Todo es tremendo, inesperado, cruel.
Sin embargo, nada de lo que está ocurriendo es tan brutal como la idea de que esta crisis dure más de un mes. O de dos. O de tres. Por supuesto, hoy ya nadie se cree que el 30 de marzo volveremos a la normalidad, pero algunos dudan de que eso ocurra el 30 de abril. Pero puede ser peor: España se juega el verano turístico, absolutamente clave en las costas peninsulares y Baleares, y también muy importantes en Canarias.
Y nos jugamos el turismo emisor del verano. Y nos jugamos la supervivencia de las agencias de viajes. Y corre peligro la entera industria del transporte. Nos jugamos miles y miles de puestos de trabajo, de organizaciones complejas, de estructuras sólidas. En esta crisis no deberíamos perder más que dinero. Las empresas, los equipos, la cualificación para gestionar el turismo deberían sobrevivir.
El Gobierno quizás termine por endeudarse y crear algún plan de ayudas. Sin embargo, todo empresario serio sabe que eso son aspirinas para el cáncer. Nunca el gobierno, ni aunque fuera solvente, podrían asumir las pérdidas de una temporada turística.
Por eso es fundamental que la gestión que se lleve a cabo sea la mejor posible para intentar que para finales de abril, mediados de mayo, el clima que se respire en España se pueda comparar con el que está viviéndose hoy en China, donde todo apunta a que en un mes y medio puede volver la normalidad.
Ojala ..........
Esperemos que así sea. Mucha suerte a todos y mucha fortaleza