He leído con atención la entrevista que Preferente le ha hecho a Pedro Fiol, el presidente de Aviba, la patronal de las agencias de viajes de Baleares. Básicamente, acusa a las aerolíneas, sobre todo a las low cost, de quitar derechos a los residentes en las islas. Respetuosamente, creo que Fiol desbarra. Casi todo lo que dice es, en mi opinión, un disparate (“Las aerolíneas han ido quitando servicios a los residentes”).
Pero lo argumentaré detalladamente para que se entienda.
Comparto que la conectividad en los archipiélagos no es un capricho, pero tampoco lo es en O Barco de Valdeorras, por ejemplo, donde tienen que conducir más de dos horas hasta encontrar un aeropuerto desde el que apenas hay dos vuelos diarios. En Baleares, en cambio, hoy tenemos una oferta que en muchos momentos es absolutamente apabullante. Tenemos que viajar, pero no es una necesidad sólo nuestra. Está bien de llorar como si estuviéramos en la época de las carretas.
Afirma que los billetes están cada vez más caros. Pedro Fiol tiene una memoria muy limitada. Los billetes están cada vez más baratos. ¿O es que no se acuerda qué pasaba en los noventa, cuando los precios publicados en el Boletín Oficial eran un verdadero atraco? Recuerdo perfectamente un viaje que hizo en los noventa a Bruselas, que me costó 600 euros porque mediante Mundicolor, conseguí una ganga. Hotel aparte, por supuesto.
No, no es verdad que una sola aerolínea haya retirado el derecho al equipaje de mano. Lo que se ha hecho es que quien no quiere llevar un trolley, no lo paga. Quien quiere llevarlo, lo paga. Pero eso, además, es igual para el viajero de Cracovia que para el de Ibiza, lo cual es absolutamente justo. No, miente Fiol cuando dice que no hay transparencia: entre en cualquier web de aerolíneas y verá toda la interminable lista de precios. Todo se paga, lo cual es normal. Y nadie puede decir que es engañado.
Miente Fiol cuando dice que las low cost son peores que las legacy. No, hoy todas las aerolíneas actúan igual. En el caso de las legacy cobran como mínimo el mismo precio que lo que cobran las compañías low cost más el precio de una maleta de mano. Con el agravante de que si uno no lleva maleta de mano, la ha de pagar.
Dice que Aviba no va a descansar hasta que los viajeros recuperen los derechos perdidos: ¿derecho a pagar un viaje de ida y vuelta a precio de oro, a veces con la obligación de pasar una noche de sábado fuera para conseguir un descuento ridículo? Muy poca memoria hay aquí. Y mucha demagogia: lo que ha de hacer Aviba, a ver si nos enteramos, es defender los intereses de los asociados, no de los clientes finales que para eso están los políticos.
Pero además se equivoca cuando dice que las aerolíneas no cargan más por el descuento de residente. Acierta al decir que no es deliberado, pero sí que cargan más. Porque los viajeros con derecho al descuento no compran en función del precio nominal sino de lo que van a pagar en la realidad. Un residente en Madrid se lo piensa cuando el billete pasa de los cien euros. En Baleares, nos lo pensamos cuando pasa de cuatrocientos, porque eso son cien para nosotros. Y eso es dinero público desperdiciado porque el modelo está mal concebido.
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