El miedo es libre. Cada uno puede tenerlo en la medida en que desee. O incluso, sin desearlo. Puede ser desmedido, irracional, inexplicable, ilógico. De hecho, lo es. Yo tengo mis miedos, algunos de los cuales son absolutamente inexplicables. Me da vergüenza admitirlos públicamente.
Los miedos se conocen sólo cuando el ser humano se enfrenta a las situaciones límite. Y el arrojo. Algunas personas que toda su vida pasaron desapercibidas destacaron un día porque se jugaron la vida defendiendo a un niño de un ataque brutal, porque salvaron a alguien de una situación límite o porque se enfrentaron a la violencia, la injusticia y las amenazas con una valentía que todos sus allegados desconocían. Otros, en cambio, son cobardes. Son válidos en mil cosas, pero ante la adversidad se arredran.
Con el coronavirus pasa lo mismo: es capaz de provocar tal pánico en muchos que terminan por sorprendernos porque no pensábamos que padecían de estos temores. No intente explicar con todos los estudios del mundo que el riesgo es mínimo; no presente un argumento diciendo “ves, a mí no me pasa nada”, porque la racionalidad no opera en estas personas que, vemos ahora, son muchas más de las que creíamos.
Esos pánicos condenan a la gente a quedarse en casa mientras haya un virus suelto en el mundo. Y habrá muchos de ellos durante bastante tiempo. De forma que podemos afirmar que medio mundo está hoy dispuesto a quedarse encerrado en sus casas. Lo que a los efectos que nos afectan, significa que durante los próximos meses, una proporción brutal de la población mundial no está dispuesta a subirse a un tren, a un avión o a entrar a un hotel.
O sea, tenemos exceso de aviones, de trenes, de hoteles, de alojamientos. Y por ello, de pilotos, de personal de aeropuertos, de fábricas de aviones, o de la camas de hotel, de restaurantes o de cadenas de entretenimiento.
Pensábamos que el problema del turismo eran los cierres de fronteras, pero ahora que se han abierto, es el miedo el que nos mantiene paralizados, un miedo que no conocíamos, contra el que no se puede legislar. O sea, ese es nuestro destino inmediato.
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Ahora resulta que los culpables de que sobre de casi todo, somos los usuarios que no sabemos racionalizar y somos unos miedicas irracionales. Pues vale, no ha bastado todas las presiones habidas por haber, información veraz, y más o menos interesada que resulta que no sirve de nada ante unos incredulos potenciales clientes...... De verdad que ya no saben que hacer para que todo vuelva a funcionar como si no pasara nada. Y eso sin contar todos los problemas potenciales que pueden surgir y los ya surgidos, hasta los más de 20.000 españolitos que después de casi cuatro meses siguen varados por todo el planeta, por no hablar de lo miles que se han quedado sin su viajes o vuelos contratados, y con mucho dinero que no han visto y en el peor de los casos ni verán, por no hablar de las múltiples restricciones que hay por todo el mundo, entre otras cosas y para no extenderme, pero todo se resume en que somos, y perdón por la expresión, unos "cagaos" de miedo.
El miedo es libre, sí. Pero me temo que en esta crisis global está más que justificado. Sólo hay que ver los números de la pandemia a cualquier nivel (local, nacional, global) para darse cuenta de la magnitud del desastre.
De esta crisis sólo vamos a salir con sentido común, investigación y mucha, muchísima paciencia.
Esto de la "nueva normalidad" es un eufemismo enorme. Sólo saldremos de la crisis cuando alcancemos nuevamente la "normalidad" real (vía vacuna o inmunidad de grupo) y entonces las aguas volverán a su cauce. La actividad turística y los empleos perdidos se recuperarán poco a poco.
Números? Qué números? 500.000 pax muertas en 6 meses en un mundo de 7.655.000.000 de pax?
500.000 porque nos hemos encerrado en nuestras casas. Si no, ¿de cuántas muertes estaríamos hablando?
Vamos, otro que cree que esto es una gripe normal y corriente. Qué mala es la ignorancia.
Los números son muy simples, pero te los recuerdo porque veo que tienes mala memoria :
En España hemos estado 3 meses encerrados y aún y así hemos llegado a los 40.000 muertos aproximadamente, más otros varios miles que, al no estar diagnosticados como COVID positivo, no se contabilizan.
Por aproximación bastante chapucera y al terminar el año, si comparáramos los decesos del 2019 con los del 2020 tendríamos una imagen aproximada de lo que ha representado el virus.
Pero bueno, los hay que seguiréis pensando que la gente es una exagerada y tiene miedos irracionales...
En el año 2018 la OMS, la misma organización que da los datos sobre el Covid19, cifró en 405,000 muertos por paludismo en el mundo. De los cuales dos tercios eran menores de cinco años.
Es mas normal que perezcan personas de mas de ochenta años que de menos de cinco. O sea que es mas normal que ante una enfermedad hayan fallecido 500,000 personas de los cuales dos tercios eran octogenarios que de otra enfermedad fallezcan casi la misma cifra de los cuales dos tercios eran menores de cinco años.
Como no tenemos razón para dudar de los datos que suministra la OMS, la pregunta es bastante simple. ¿Porque no se toman incluso mas medidas para reducir la pandemia que mata a niños que las que se han tomado para los que por su edad cualquier otra enfermedad podría haberlos matado también?
Por cierto. Esas medidas que se han tomado para "proteger" a los octogenarios va camino de tener unas consecuencias que van a matar de hambre a muchos de cinco años.
Ya ves, estimado beltrixx, aun hay otra cosa peor que la ignorancia y es la posesión de la verdad absoluta.
Estar en posesión de la verdad absoluta es justificación muy empleada para imponérsela a los demás y si ademas todo lo que ves del mundo es tu ombligo sin poner ni un minuto en pensar las consecuencias que tendrá sobre el resto del mundo es muy insolidario.
Pero bueno, el que tenga miedo es libre de quedarse en su casa.
En primer lugar yo no estoy en posesión de la verdad absoluta -ni hay nada en mis respuestas que lleve a esa conclusión, creo- pero creo que no cabe duda de lo global que es esta pandemia y los números hablan por sí solos. No son más abultados debido a las medidas de distanciamiento social que se han tomado.
Y en segundo lugar, nos guste o no, el mundo lo controlan unos cuantos multimillonarios a los que no les importan lo más mínimo los problemas del tercer mundo, como el paludismo. Digamos que los intereses de los países pudientes deben ir por otros derroteros... pero todo esto se desvía del propósito de esta entrada.
Esta entrada va sobre el miedo, que puede ser más o menos irracional, pero considero que en esta situación está más que justificado y así lo deben haber entendido cientos de miles de personas que han decidio cambiar sus hábitos de viaje o turismo este año.
El sector turístico -en el que trabajo- no va a tener más remedio que armarse de paciencia para recuperar la confianza de los clientes (recuperar la demanda), cosa que no se va a conseguir de la noche a la mañana.
Madre mía en El Mundo temdrías curro segurooo
El articulo describe muy bien el problema, si no hay demanda, no hay economía que aguante el nivel de vida de España. Si la gente que ha decidido que esto no tiene arreglo sin vacuna y que no hay que moverse, está dispuesta a asumir tambien que tiene que reducir drásticamente sus ingresos, que el estado no le va a garantizar ni la paga, ni la sanidad, ni la seguridad pública, ni muchas otras cosas que cuestan mucho dinero, entonces, quedemosnos en casa. Pero no podemos quedarnos en casa y tener las playas vacias a nuestra disposición y seguir viviendo como primer mundo. No se puede tener todo, o susto, o muerte.
Lo que no me parece de recibo es el enfoque que le da el artículo, como si la gente fuera idiota y todo se tuviera que reabrir y recuperar deprisa y corriendo.
Pues no. No hay demanda y se recuperará paulatinamente, no hay más. A muchos les falta confianza y es algo que veo completamente compresible.
Y esto lo digo con conocimiento de causa pues trabajo en el sector hotelero.
Menos turismo y estacionalidad y más diversificación laboral es lo qie hace falta.