La aerolínea Volotea, promovida por los empresarios Carlos Muñoz y Lázaro Ros, va como un tiro. Tanto, que ha empezado a reorientar el rumbo hacia un modelo más ambicioso, ligeramente diferente del original. En todo casi, siempre creando camino.
Volotea nació con la idea de atender mercados muy secundarios, con pocos vuelos semanales en aviones muy pequeños. La lógica detrás de este producto es la siguiente: hay un número de pasajeros, ciertamente pequeño, dispuesto a pagar un poco más por hacer un vuelo punto a punto entre ciudades de segundo o tercer nivel. Por eso la compañía atiende tantos aeropuertos diferentes, por eso tiene tan pocas frecuencias en sus rutas y por eso emplea aviones muy pequeños.
Volotea, por ejemplo, empezó operando en Asturias, Zaragoza, Vigo o Mallorca, en España. Y en Nantes o Burdeos, en Francia. O en Southampton en Gran Bretaña. O en Verona o Palermo en Italia. Nada de primer orden y siempre con aviones de cien pasajeros.
Hasta ahora. Como el modelo le va tan bien, ha optado por reorientarse o retocar el modelo: ahora ya opera mucho más desde una ciudad grande a una pequeña (de ahí que acabe de anunciar dos rutas más desde Madrid, al Alguer, en Cerdeña y a Génova), y que compre más aviones de 150 plazas en lugar de los B717 que operaba, para atender más pasajeros.
El modelo está teniendo éxito y cambia, o se modifica ligeramente, se corrige para ser más exactos, de forma que ahora incorporar también operaciones desde grandes ciudades a pequeños enclaves. Algo bastante parecido a lo que hace Air Nostrum, con aviones también pequeños, aunque con frecuencias más intensas. Al fin y al cabo, una parte de la idea inicial se mantiene. Y funciona.
Mallorca, nada de primer orden y es uno de los aeropuertos más transitados de Europa (y el 3º de España)!!!
Mallorca no es un buen ejemplo, no puede estar mejor conectada con Europa.