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EDICIÓN ESPAÑA

Opinión

El problema del personal

Acabo de pasar unos días en un hotel de superlujo en un país de los que eufemísticamente llamamos “en vías de desarrollo” que, en la práctica, nunca llegan a desarrollarse y parece que se han quedando en la ‘vía’.

El hotel pertenece a una de las marcas más exclusivas del mundo. Las instalaciones están absolutamente de acuerdo con el prestigio que arrastra la empresa. Pero…

Un hotel nunca es sólo un edificio. Ni un colchón. Ni ‘amenities’ fantásticos. Un hotel, sobre todo a ciertos niveles, es fundamentalmente servicio. Y ahí las cosas chirrían.

Muy pocos de los empleados de este hotel tienen la formación adecuada. O si la tienen, sus estándares de exigencia han decaído. La limpieza era espectacular en relación con lo que había en la calle, pero dista un abismo de lo que debería ser. Lo cual tiene su lógica: no es fácil para alguien que está en un entorno determinado ser exigente como ocurriría en Europa o América, donde su día a día también es impecable. O puede serlo.

Los servicios de restauración o recepción tienen las mejores instalaciones, pero aquello no termina de funcionar. Pedir un café con leche en el desayuno es una información que normalmente no provoca ninguna reacción. Sí, toman nota, pero el café no llega nunca. O cuando llega el cliente ya está cansado de esperar.

Por mucho que el entorno sea maravilloso, no es posible que los camareros entreguen los cargos a los clientes equivocados y que cuando uno les indica que debe de haber un error, se enzarcen en una acalorada disputa a la vista del público.

Podría mencionar qué ridículo queda que el recepcionista le pregunte al cliente “¿Cómo ha sido su estancia?” cuando en la pantalla de su ordenador le aparece el mensaje y él balbucea la pregunta de forma incoherente y casi leyendo palabra por palabra.

No estoy haciendo una crítica a estas personas sino a lo difícil y artificial que es implantar un estándar de calidad tan alejado del día a día de la plantilla. A mí, personalmente, me incomoda bastante la situación porque es vivir en una burbuja anormal, ajena a todo. Eso no es conocer un país. Pero son las paradojas del turismo, claro. Porque es evidente que muchos quieren precisamente estar en un país, pero no tocarlo, no entenderlo, no involucrarse.

 


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    4 Comments
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    Ramón
    10 meses

    Muy buen artículo.
    Lástima que no diga el país, aunque desgraciadamente podrían ser muchos. El denominador común a esos países es la corrupción a todos los niveles, y es tan culpable el que da, como el que toma.
    Tarifas de hoteles a nivel Europa, y los sueldos del personal ridículos.
    Amortización de los hoteles en 2/3 años, y el País, como bien dice el articulista, sigue en la vía.
    ¿No tendremos la culpa nosotros, el turista, por viajar a esos “paraísos”?
    La esclavitud se abolió hace mucho tiempo, o no?
    Me viene a la mente, y no hace mucho, ver a unos trabajadores en la construcción de un hotel en un País caribeño, con un calor asfixiante, haciendo una zanja a pico y pala. A mi pregunta al dueño del hotel el motivo de no usar un martillo neumático, su respuesta me dejo perplejo, “sale
    más barato y de esta forma están entretenidos”.

    Kempzel
    9 meses

    Problemas del primer mundoo

    HEPA tando
    9 meses

    La respuesta está en el viento, no porqué lo diga Bob, es inherente al propio art.
    Un País en vías de … es una democracia de corte occidental.???
    Una Sanidad homologable a … teniendo en cuenta que en muuuchos Países de nuestro entorno ni es universal, ni gratuita, ni equiparable.
    Una Educación … ídem de lienzo.
    Unos “servicios” bajo la óptica occidental políticamente “correcta”, atenta, preparada, eficiente e … ínfimamente remunerada según los estándares de lienzo.
    A veces, el viajero, el viajero “fantástico”, viaja imbuido de su propia fantasía onírica de encontrar allá dónde recala los mismos “servicios” que donde pace; llegando a la dolorosa conclusión que el mundo y sus circustancias son poliédricas.
    Si, tenemos los mismos ojos, los mismos brazos, las mismas piernas, hasta el mismo culo que sirve exactamente para la misma función; pero, diríase que las heces de esos ciudadanos avanzados de occidente son de mejor calidad. Darían incluso, para un festín en la Cena de los Idiotas. Luego, esa es nuestra mentalidad, de idiotas tratando de imponer nuestros usos y costumbres en lo político, lo económico, espiritual, laboral, etc … cómo si fuera el lado bueno de la Sociedad global, eso que en occidente los muy cafeteros denominan el “relato cultural impuesto”, hasta que topamos con la cruda realidad y entonces, nuestras neuronas occidentales cortocircuitan.
    Un pelín de castaway Tom Hanks style, le vendría muy bien durante una temporada a un elevado grupúsculo de señoritingos; el problema es que NO habría suficientes islas deshabitadas y a la conveniente distancia Social para el experimento.

    Sólo se me ocurre una pregunta
    9 meses

    Y a la vista de la pregunta que se hace usted al final, solo se me ocurre preguntar una cosa, ¿que hacía usted en un hotel de superlujo en un país de esos que eufemísticamente se llaman en vía de desarrollo y que antiguamente se llamaban subdesarrolados?. Me recuerda a una señora que un día comentaba en un medio de comunicación, el hotel estaba muy bien, pero salías fuera del resort y había tanta pobreza, tanta suciedad e inseguridad.........

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