Recuerdo una reflexión de un empresario de restauración de Ciutadella, Menorca. Era julio o agosto, después de una fiesta de Sant Joan muy alterada. El ayuntamiento anunció que iba a cambiar la reglamentación que ordena las fiestas, para acabar con las conductas incívicas. Creo que el consistorio acababa de acceder a los cargos. Pero el empresario hizo un razonamiento que me impresionó: dijo que le daba igual el reglamento que se aprobara, que en su opinión el problema no era cambiar el boletín oficial sino conseguir que lo que se escribía en el papel se pudiera traducir en algo sobre el terreno. Y para eso era necesario que los policías locales estuvieran a pie de cañón cumpliendo con las normas, lo cual en Sant Joan… pues va a ser que no.
Con las incontables medidas que los gobiernos aprueban para luchar contra el turismo de excesos a mí me pasa lo mismo: soy escéptico. Dudo que se trate de un problema de normativa, de horarios de cierre de la venta de alcohol, como de estar en el lugar comprobando que el cierre es real.
Yo frecuento algunas zonas de turismo de excesos y he de reconocer que la industria hotelera ha hecho grandes esfuerzos inversores, pero que, en algunos puntos, en algunas calles, a algunas horas, nada cambia. Ni tampoco hay suficiente presencia policial que, para mí, es el punto crítico.
Los gamberros del norte vienen precisamente porque aquí en España tienen la sensación de que no hay control, que el alcoholismo no tiene castigo. Y yo creo que en lo central no se equivocan. Porque nosotros tenemos otra cultura, porque no tenemos la desesperación que tienen ellos de bebérselo todo, y porque son muy pocos los que únicamente buscan perder el conocimiento.
En cambio, ellos tienen otra forma de ver las cosas, mucho más desagradable, tremenda, despreciable, que únicamente es sensible a las sanciones y los castigos que a nosotros nos gustan tan poco.
Pero bueno, en unos meses veremos si ha habido algún cambio más allá del boletín oficial, que eso siempre nos encanta modificar.
“Porque nosotros tenemos otra cultura, porque no tenemos la desesperación que tienen ellos de bebérselo todo, y porque son muy pocos los que únicamente buscan perder el conocimiento.“
Recomiendo al autor ir a Riviera Maya, Cancún, punta Cana, Malta etc y ver como se comportan los españoles…
Sinceramente, me preocupa poco lo que hacen otros, españoles incluidos, en otros lugares. Lo que es inaceptable es el comportamiento de algunos, pocos, visitantes. Solo veo una posibilidad, los que no sepan comportarse, ya sea por borrachos o por actitudes impropias, pasearse en bikini, con el torso al aire, etc., vuelta a casa. Y esto, darle publicidad en los países de origen....