Éxito en las reuniones con nadie

Semana de visita a Londres, por la World Travel Market. La prensa local de las zonas turísticas españolas, especialmente Andalucía, Baleares y Canarias, cuenta cómo los agentes políticos locales han ido a Londres a vender su producto. Un día nos dicen cuál ha sido su mensaje, otro día nos explican que se han entrevistado con el ministro o con el secretario de Estado españoles, y en otras ocasiones nos hablan de los retos ante el mercado emisor del país, en este caso Gran Bretaña.

En esta ocasión, Baleares dicen que llevó el mensaje de que lo de Magaluf no se va a repetir. La prensa local autonómica de Baleares ocupa páginas contándonos el mensaje. Pero hay un olvido: no suelen decirnos con quiénes se han visto nuestros políticos, o lo que es lo mismo, a quiénes le han contado que lo de Magaluf está arreglado.

Ocurre muy frecuentemente que nuestros políticos viajan a las ferias pero van con la agenda vacía. O sea, no se entrevistan con nadie. Alguna vez se ven con algún agente, habitualmente de segunda fila. Los segundones siempre se encargan de que aparezca alguien que resulta ser el asistente, de un comercial de una agencia marginal de la estructura de provincias de un touroperador menor. Eso es lo que nuestra prensa local llama “los touroperadores”. Y ese monólogo en castellano con un interlocutor carente de toda relevancia es lo que se llama “entrevistas con agentes”, o sea nada.

No quiero decir que en esta feria nuestras autoridades no hayan estrechado ninguna mano relevante a los efectos del turismo, pero sí que estos viajes son de baja y hasta nula repercusión y que sólo muy excepcionalmente hay visitas que tengan auténtico valor comercial.

Ha habido momentos en el pasado en los que las cosas era aún más ridículas: los gobiernos regionales pagaban el viaje a nutridas delegaciones que iban a la feria para hablar entre ellos. Lo que se hubiera podido montar en casa, se hace lejos, como si eso fuera útil. Y en parte lo es, porque llena titulares en la prensa local. Esto se acabó por falta de dinero, no por que fueran espectáculos ridículos.

Y ustedes se preguntarán cuánto espacio ocupan estos actos en la prensa del país emisor, en este caso Gran Bretaña. Pues miren, la media de espacio que ocupan estos actos es de cero centímetros con cero milímetros. O sea, ignorados totalmente. Siempre. Sistemáticamente. Lo máximo a lo que se puede aspirar es a que alguna publicación especializada, turística, sobretodo si es marginal, publique un brevísimo resumen del comunicado que envía la agencia de relaciones públicas contratada.